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viernes, 29 de noviembre de 2024

LA FLOR DEL LOTO EN EL BUDISMO

 la Flor del Loto en el budismo.

La Flor del Loto simboliza pureza, recordándonos que debemos ser seres puros para un buen vivir y convivir. Esta flor aparece aludida en textos y representaciones de Buda. Normalmente está en las estatuas de Buda rodeándo el asiento.

El loto como toda flor, nace radiante. 

Nos entrega su belleza inconsciente de la misma y sin deseos de impresionar. 

Emerge del fango, desplegando sus pétalos claros e impolutos sin ensuciarlos.

Para muchos, es la representación de lo mundano y celestial, de lo humano y divino.

 Un símbolo de la pureza de la creación.

 La posibilidad real que, desde el fango, se puede surgir con pureza y claridad.

Cuántos han estado en el fango y florecen poderosamente luminosos del mismo,

 atrayendo la potente luz de la generosidad y sabiduría, 

convirtiéndose en un faro para la oscuridad,

en favor de todos los seres sintientes.


Cuando estés en el fango, permite que tu acción te facilite salir del mismo. Si debes repetirla, realízala con mayor ahínco y esperanza que la anterior. No desaproveches esa oportunidad. Del fango despertarás como una “flor” que, con mayor destreza que la de nosotros mismos, concebirá claridad, espiritualidad, generosidad y realización de nuestra verdadera naturaleza; apetecer de todo ser humano.

Recuerda: facilita que tus actos permitan salir del fango a otros. ¡Aquello es maravilloso!


“El hombre es esclavo de las cosas y apegos que tiene. 

El único deseo del sabio es la ausencia de deseos”.

Buda


“Si no tenemos paz interior no seremos felices aunque dispongamos de las mejores condiciones para vivir.”

Gueshe Kelsang Gyatso.


Que la lectura de esta entrada la aproveches en reflexionar sobre el sentido que le das a la vida, y que este, te colabore en observar lo prioritario que es buscar un crecimiento espiritual para obtener paz interna y verdadera felicidad. Un vivir más en contento.

Con amor K. Dondrup T.


miércoles, 27 de noviembre de 2024

LA RUEDA DE LA VIDA - Explicación completa.

 


LA RUEDA DE LA VIDA

Rueda de la Vida (Sánscrito: El Bhavacakra; Tibetano: srid pa'i 'khor lo). 

El esquema de la Rueda de la Vida proviene directamente de Buda Shakyamuni (siglo VI a.C.) e indica el camino completo a la iluminación. Esta rueda es uno de los símbolos más importantes del budismo Mahayana o Gran Vehículo y por supuesto del Vajrayana. Este símbolo esta ubicado normalmente en la entrada de los templos y salas de meditación budistas y en especial en templos tibetanos, tal cual lo indicó el mismo Buda

La Rueda de la Vida refleja nuestra existencia en el samsara, constituyendo el ciclo de renacimientos y sufrimientos sin control. Nos muestra relacionando nuestros orígenes con los elementos que nos encadenan a la rueda, los diferentes lugares que podemos habitar en este ciclo y toda la confusión que arrastramos dado principalmente por nuestra ignorancia. Es un verdadero diagrama resumen de toda la existencia cíclica de todos los seres, con sus complicaciones internas que les afectan representadas en cuatro círculos concéntricos tanto como las tres externas representadas por Yama quien sostiene la rueda, el Buda y la luna. De ella se puede inferir que uno puede crecer espiritualmente hasta lograr la iluminación. 

Yama es un guardián iluminado de nuestra practica espiritual, es decir un Dharmapala, que preside el ciclo de renacimientos. Suele ser de color rojo, con una corona de carabelas y sostiene la Rueda de la Vida con su boca y extremidades, imagen muy popular del budismo tibetano. No es un diablo como podría confundirse. Desempeña un papel especial al recordarnos que este mundo en que estamos todo es temporal e interrelacionado, y que hay que esforzarse para salir del ciclo de renacimientos.

Según se dice envía diferentes calamidades entre los humanos para advertirles, cuando corresponde, que presten atención a sus acciones y que recuerden que estando en el samsara estaremos condicionados a las enfermedades, la vejez y la muerte.

En resumen, simboliza el ciclo de la vida y la muerte junto al cambio constante de los fenómenos observados en el mundo. Por otro lado, debido a los venenos mentales indicados por la ignorancia, la ira y el deseo somos engañados y nos enredamos en un ciclo de acciones y resultados no siempre positivos. Hay dos conceptos necesarios tener en mente para el análisis de la rueda: la impermanencia de los fenómenos y la interrelación que se da entre los componentes de la misma.


La Rueda de la Vida nos indica como funciona el samsara, y no sólo eso,

también como liberarnos del mismo.


La Rueda de la Vida permite comprender que todo es impermanente y

que todo es interconectado debido a causas y efectos.


Nuestra práctica del Dharma debe ser constante,


Recomendación : es importante haber estudiado las entradas de Samsara y Originación Dependiente para una mejor comprensión del tema que se va a abordar.





EXPLICACION DE LA ORGANIZACIÓN GENERAL DE LA RUEDA DE LA VIDA.

Abrazando completamente la rueda aparece un demonio bastante pavoroso que es el señor de la muerte, Yama.  Con sus cuatro colmillos y extremidades sostiene una rueda que representa el samsara. Se entiende que se da nacimiento una y otra vez, a las criaturas de los seis tipos de existencia: dioses o devas, asuras o semidioses, seres humanos, animales, espíritus hambrientos o pretas, y moradores del infierno o narakas. Cada uno de los mismos es representado en el segmento circular de la Rueda, según se ilustra en dicho esquema bajo el titulo de seis reinos.

Las calaveras nos recuerdan la mortalidad y la impermanencia. Algunos malas tienen incluso una o más figuras de calaveras recordando la muerte. Cuando recordamos la muerte podemos vislumbrar lo valiosa de nuestra vida. La conciencia de morir ayuda a la mente a discriminar lo que es importante de lo que no lo es, colabora en que la vida sea más fácil y con mayor paz, y dispongamos de un animo adecuado para nuestras prácticas. Esto nos ayudará a enfrentar la transición de la muerte en forma menos compleja y nos recordará que podremos ir a un mejor lugar que el actual. Cuando se está en el proceso de la muerte el buen practicante salvará inevitablemente los escollos que esta presenta. Se recomienta estudiar la materia del Libro Tibetano de los Muertos (en una entrada de más adelante se explicará este tema de la muerte).

Los maestros budistas enseñan que la figura de un demonio que aparece en la Rueda de la Vida, el señor de la muerte, Yama, es un aspecto del Buda de Compasión y está para enseñarnos.

Tal y como se aprecia en el diagrama, en el primer círculo o borde exterior aparecen las Doce Nidanas, o eslabones de la cadena de existencia (remitirse a la entrada de Originación Dependiente donde se explica cada una en detalle), que se inicia desde el nidana uno o la ignorancia hacia la vida y el dolor. Cada nidana se encuentra relacionada con un dibujo que la representa, por ejemplo, para el primer nidana, ignorancia, aparece en dicho recuadro un ciego. Para la conciencia aparece un mono incansable, para la sensación se acompaña un dibujo con una pareja abrazándose.  

Este circulo de los 12 eslabones o causas de existencia, va encerrando en un círculo más interno a los seis tipos de seres y modos de existencia. Por tanto, el circulo mas interno se divide en seis secciones representando a los seis reinos. En este anillo se muestra cómo los seres sensibles a consecuencia del karma acumulado y de sus victorias o derrotas con el yo, están en tal o cual reino. En la parte superior aparecen los dioses, los semi-dioses y los humanos. En la parte inferior del circulo estarían los animales, los espíritus hambrientos y los moradores del infierno. No debemos olvidar que dichos seis reinos de la existencia son el lugar y estado de conciencia en que se renace. Es decir, en esta vida se puede renacer como un ser humano y según el resultado de sus méritos y deméritos puede hacerlo después como un dios o como un animal o, lo que es peor, como un espíritu hambriento. 

Luego mas al interior aparece un anillo con seres algunos subiendo y otros bajando según su karma. Muestra en el semicírculo negro que unos seres van a reinos inferiores y algunos seres que nacen-renacen en reinos superiores, que son los que van subiendo en el semicírculo blanco. Estos dos colores representan también la dualidad de la vida.

En el centro, el último circulo en el corazón de la rueda, hace referencia al egoísmo que es la que le hace girar, representado por: 

1-un gallo rojo, símbolo de la pasión y del sentido de posesión ; el deseo-apego.

2-Un cerdo oscuro, recordándonos los instintos oscuros que representa la ignorancia.

3-Una serpiente verde, emblema del odio y la aversión que envenenan la vida.

Estos tres animales muerden mutuamente sus colas formando un círculo que genera nuevos deseos. Constituyen en si las causas principales de la existencia no iluminada. En si representan los tres venenos que no nos permiten salir del samsara (deseo-odio-ignorancia) y que son la raiz de todos las kleshas, emociones negativas potenciales que se nos presentan en la vida. Ellos están unidos mordiéndose la cola, lo que ilustra que el deseo, el odio y la ignorancia se relacionan y potencian entre si, y son parte de la mayoría de los estados mentales negativos, pues se componen de mezclas basadas en estos tres.

Las personas somos las que nos afectamos con estas emociones negativas y sus mesclas y por ende complicamos a los demás, por ello, debemos tratar de esclarecer cuales son las que priman en nosotros para trabajarlas y lograr que disminuyan su efecto hasta poder idealmente eliminarlas de nosotros. Recordar que el deseo de "poseer" es solo para fortalecer nuestro ego y nos será siempre dañino. Esto no quiere decir que algunos deseos sean positivos, como el desear que alguien se mejore.

- La generosidad emplaza al deseo – apego, por lo que la actitud de dar debe cultivarse siempre.

- El amor aleja y despide al odio. Un buen antídoto es la paciencia. Debe cultivarse vía meditación y también trabajando nuestras relaciones con los demás. 

- La sabiduría emplaza la ignorancia. Tomando el camino budista, la Cuarta Noble Verdad le permitirá al ser humano abrir su visión y ser capaz de estar más consciente de si, nunca actuara en forma torpe e indecorosa, y será consciente de sus emociones. Es decir, si experimenta alguno de esos tres venenos actuara con claridad y buena intención  sobreponiéndose a la negatividad de las mismas.

Cuando uno actúa contra estos tres venenos comienza a surgir el verdadero ser, ese ser mas profundo, ese que no se siente amenazado, que esta en paz y mide sus acciones conscientemente. Esto involucra de por si, que dicha persona se preocupe de generar karma positivo vía sus acciones.

Un funcionamiento basado en el amor generoso prevalecerá sobre los venenos y 

estos comenzarán a consumirse.

En resumen, lo que vemos rodeado del señor de la muerte y las tragedias de nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte representada por sus cuatro miembros, es el sistema de los doce eslabones, donde los seres van tomando un renacimiento tras otro en los seis reinos ya sea subiendo o bajando en los mismos dependiendo de su ignorancia, ira y apego. 

En la esquina superior izquierda esta la luna que representa a la Tierra Pura y/o la iluminación. Esto demuestra que se puede renacer en una tierra pura como la de Amitabha, quedando fuera de la existencia cíclica. En la esquina superior derecha esta la imagen de Buda señalando la luna como la salida de la existencia cíclica, vía la practica del despertar. 

RUEDA DE LA VIDA:  Las DOCE NIDANAS y sus conceptos relacionados:

Tal y como se aprecia en el diagrama, en el círculo exterior aparecen las Doce Nidanas que son las que empujan hacia la existencia y el sufrimiento, y en el corazón de la rueda el último circulo de la experiencia y sufrimiento, aparece el egoísmo que la hace girar representado por:

1-un gallo rojo, deseo.

2-Un cerdo, ignorancia. 

3-Una serpiente verde, odio y la envidia.

Estos constituyen las causas base de la existencia no iluminada.

A continuación recordamos las 12 nidanas, agregando su concepto relacionado en esta rueda (cada nidana tiene un nombre y se le relaciona un dibujo (en morado)):

Se recomienda ver la entrada anterior denominada "Originación Dependiente" para ampliar los conocimientos de las 12 nidanas. Si la ha leido, saltese la recomendación.

1.- Ignorancia. Tenemos ignorancia del dharma y de la realidad o verdad de las cosas (existe una realidad convencional que es la que somos capaces de captar y una última, para la cual aún no estamos preparados). Un hombre ciego, no puede ver la verdad. Tiene un entendimiento limitado de la realidad de las cosas. La ignorancia potencia a salir el yo.

2.- Formación del Karma. Según su ignorancia se tiene karma bueno, negativo y neutro, y propósitos y se actúa desde allí mismo para crear y modelar el karma futuro . Un alfarero, crea artesanía con agua y arcilla. Las actividades volitivas son fuerzas que moldean nuestro propio futuro, de allí el alfarero que con sus manos moldea, representa la fuerza creadora. Las fuerzas volitivas del pasado configuran la vida nueva. En dependencia de las actividades volitivas surge la conciencia en la única célula bastante básica del embrión.

3.- Conciencia. Se crea un nuevo ente consciente, con su karma, que entra en una matriz. Un mono, sin control salta de una rama a otra. El mono es como una pavesa de la conciencia de los sentidos que aún es del tipo muy primitivo. Los maestros indican que la conciencia surge cuando el esperma y el ovario se juntan. La conciencia seria el impulsor del cual nace el organismo psicofísico.

4.- Nombre y forma. La conciencia toma forma. Tres hombres en un bote. Cuerpo, palabra y mente. Los skandhas se despliegan lentamente en la matriz. Las energías volitivas se funden con la energía físico– biológicas para comenzar a formar un ser humano.

5.- Las seis fuentes o seis sentidos. Entramos al mundo para obtener y experimentar nuestras impresiones del mismo. Una casa con 6 ventanas. Se crean los cinco sentidos y la mente. Estos sentidos son los que nos permiten percibir el mundo exterior y así en dependencia de estos, surge el contacto.

6.- Contacto. Se toma contacto con el mundo de los objetos. Los amantes, simbolizan el contacto entre el mundo y la mente. El contacto psicofísico interactúa con el mundo de los objetos. En dependencia de estas impresiones sensoriales, surge la sensación.

7.- Sensación. Percepción del mundo de los objetos. Un hombre con una flecha en el ojo. La flecha en el ojo indica la fuerza de las sensaciones que pueden ser placenteras, no placenteras y neutras. El placer o dolor se experimentará en diversos grados. Con dependencia de la sensación surge el deseo.

8.- Deseo. La percepción genera deseo. Un hombre bebiendo. El deseo lo embriagara. Sed de vivir. Con los objetos de nuestro deseo surge el apego.

9.- Apego. El deseo nos hará aferrarnos a la vida y las cosas. Un mono apegado a un arbol de frutas. Nos apegamos a los placeres de los sentidos, opiniones, dogmas y demás condicionadores de nuestra vida. Con el apego surge el devenir.

10.- Devenir o existencia. Un ser consciente es concebido en el acto sexual entre un hombre y una mujer. Una mujer embarazada.

11.- Renacimiento. Aquí nace. Una mujer da a luz. Aparecerá en el reino que dicte su karma. Esta vida es condición para que surja la muerte.

12.- Vejez y muerte. El nacimiento conlleva a la vejez y muerte. Un viejo va a enterrar un cadáver. 


Todos los seres de la rueda padecerán sufrimientos incluso durante la muerte.


                                        




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RUEDA DE LA VIDA:  LOS SEIS REINOS.

Los distintos Budas que aparecen en la Rueda de Vida, simbolizan la salvación de cada uno de los estados de conciencia que aquí se dan. Avalokiteshvara el Buda de la compasión, observó desde arriba los seis reinos y determinó que salvaría a los seres de tales sufrimientos, por lo que, se aparece en cada reino a tal objeto.

En el reino de los dioses (soberbia y orgullo) un Buda blanco con laúd toca la melodía de la impermanencia, para que sus habitantes tengan presente que su felicidad no es eterna. El mundo de los dioses esta en un plano superior que va mas allá de la forma. La palabra dios en pali y sánscrito viene de una raiz que significa “brillar”, por lo que brillan y viven en un placer y felicidad puras. También son impermanentes pero con una vida muy larga. Escuchan la bella melodía del laúd pero esta termina, con ella los dioses recuerdan la impermanencia. Buda les incita llegar a la felicidad permanente.

En el mundo de los asuras (celos y envidia) un Buda verde esgrime la espada de la sabiduría trascendental, la que busca destruir aquello que es ilusorio, que busca combatir las fuerzas del mal y liberarse de los deseos. Los asuras visten armadura y están siempre listos para la batalla. Cuando están en un estado de agresividad, el asura que es el enemigo de los dioses, está dominado por el odio se orienta a destruir y matar. Se precipitan contra los dioses y tratan de robarles su felicidad dado sus celos y envidia. Tratan de poseer el árbol de los deseos del otro reino. Las mujeres de este reino no lo hacen tan mal, son causa de celos y codiciosas y destruyen a aquellos que caen en su poder. Los asuras son tan envidiosos, que envidian los logros de los demás y las cualidades que poseen. Su jerarquía esta dada por la ambición y el miedo. El Buda está con una espada y les enseña a canalizar la energía para llegar al final del camino, el despertar. 

En el mundo de los seres humanos (deseo) aparece un Buda con hábitos amarillos quien lleva su tazón para mendigar y un bordón con tres argollas, que es la insignia del mendicante religioso (indicador de la vida espiritual). Así, en un estado humano hay que dedicarnos a la tarea del desarrollo espiritual. Tiene que haber una aspiración mayor  pues se tienen los elementos necesarios para lograr la iluminación. Ése debe ser nuestro principal interés en la vida. Sólo como seres humanos, en este reino, tenemos la posibilidad de llegar a iluminarnos .

En el mundo de los espíritus hambrientos (son insaciables) un Buda rojo les ofrece comida y bebida que pueden consumir sin trastornos. Son criaturas de cuerpos hinchados y brazos y piernas quebradizas con una boca muy pequeña. Lo poco que comen se les convierte en un fuego estomacal. Sufren porque son insaciables y el dolor es producto del deseo insatisfecho. Cuando nos encontramos en un estado de deseo neurótico, lo que requerimos es volver a la objetividad. Decíamos que el Buda les lleva comida que los alimenta y les indica que para su necesidad o vacío interior pueden satisfacerse con el dharma.

En el mundo de los seres del infierno (odio, ira, venganza y violencia) un Buda de color humo les regala un bálsamo: amrita. El significado más adecuado que se relaciona con el significado de la palabra amrita, es el de “néctar de ambrosía” pero que, en varios textos budistas, también se usa a veces como sinónimo de nirvana. Esto quiere decir que cuando estamos en un estado de sufrimiento intenso lo mejor que nos queda por hacer es ir directo a metas espirituales más elevadas. Buda les permite reconocer su odio como la fuente del dolor y les colabora a aliviar su agonía y les enseña el dharma. Este mundo tiene lugares muy calientes y otros muy fríos.

En el mundo de los animales (ignorancia y miedo) hay un Buda azul con un libro. El esfuerzo animal va para deseos físicos y auto preservación, comer, aparearse y dormir.  Cuando estamos en un estado animal lo que procede es civilizarnos, familiarizarnos con las artes y las ciencias. Éstas tienen una influencia que nos refina. Es muy difícil ir de un estado de salvajismo directo a la vida espiritual  saltándose el ser esclavo de los instintos. Estos comienzan a ver que la vida tiene un significado y que puede superarse.


El budismo llevó sus enseñanzas por toda Asia además de enseñarlas originalmente
 en la India. Hizo esto porque sabía que su cultura humanista y secular 
forma las bases de una vida espiritual superior. 
Con frecuencia en los textos del mahayana se hace alusión a que el bodhisatva debe dominar las ciencias y las artes. Tal cual lo hizo Siddhartha.



En la próxima página se presenta un diagrama con las 12 nidanas relacionadas 
con sus conceptos. Podrá apreciar las relaciones de causas y efectos 
que se dan con las mismas.

Se indican en color naranja los tres venenos.

Las causas pasadas (1 al 2) afectan y dan paso a nuestra formación karmica 
para este renacimiento.

Debe tratar de comprender bien las relaciones de causas y efectos que se indican. 
Por ejemplo,  nidanas 11 y 12 reflejaran efectos futuros. 


Pregunta: ¿cuales nidanas causan efectos presentes? ¿y porqué?



Ejercicios:  

A.- imaginar como se pasa de un eslabón a otro y las fuerzas que impulsan a ello. Esto puede analizarlo en la figura que aparece al final de esta entrada .

B.- Cada vida tiene en si todos los eslabones a disposición y pueden verse presente en nuestras vidas e incluso actuando simultáneamente con otros.  Analizar con la figura de la Rueda de la vida que esta al inicio de este articulo. Sera un excelente ejercicio.


                                K Dondrup T. 2006

domingo, 24 de noviembre de 2024

LA RUEDA DE LA VIDA - GRÁFICO


 





La Rueda De la Vida es una figura muy importante en el budismo Mahayana y en específico el budismo tibetano o Vajrayana.

Está compuesta por 4 circulos concentricos y unas figuras externas que simbolizan el samsara. En el primer circulo concentrico están las 12 nidanas componentes de la Originación Dependiente y una figura para cada una de ellas relacionadas con el concepto de las nidanas o enlaces, este circulo envuelve a otro compuesto por los seis reinos y el tipo de ser que lo habita. En cada uno de los seis aparece un Buda que le permitiría salir de ese estado. Mas al interior encontramos otro circulo donde se ven seres bajando y otros que van subiéndo, es decir, los que estan yendo a lugares o reinos de mucho sufrimiento y los que suben irian a cualquiera de los otros tres reinos superiores. Al centro en el último circulo se encuentran tres animales mordiéndose la cola entre si, el cerdo al gallo y este al la serpiente. Estos representan los tres venenos , es decir, la ignorancia, el deseo y la ira, que son las aflicciones negativas que nos mantienen en el samsara y las que hacen girar el circulo. De estas tres emociones negativas se dan las demás, al mesclarse entre ellas.
La Rueda de la Vida esta sujetada por el señor de la muerte llamado Yama. La sostiene con su boca y colmillos mas sus extremidades. En la cabeza tiene algunas calaveras recordandonos la muerte. Este señor es la representacion del buda de la compasión en estado de ira, para darnos una lección.
En la parte superior derecha esta Buda apuntando la clara luna que esta en la izquierda, en intencion de indicarnos que podemos iluminarnos e incluso llegar a la tierra pura.

En la próxima entrada, "La Rueda de la Vida", se explicará cada detalle en profundidad para que comprendas su total significado, que es bastante amplio. Este es un adelanto necesario del tema.

Se recomienda antes de estudiar la próxima entrada haber leido las entradas de 
Samsara y de  la Originación Dependiente.

jueves, 21 de noviembre de 2024

ORIGINACIÓN DEPENDIENTE o CONDICIONADA.

 ORIGINACIÓN DEPENDIENTE (o CONDICIONADA).

Este es uno de los temas más importantes del budismo, porque como dice el Abhidharma: "Pratityasamutpada, este concepto declara que todos los fenómenos se originan en dependencia unos de otros a través de relaciones de causa y efecto".

Este tema budista tiene que ver con la ley de causalidad, como bien se explica en otros temas como el karma. Aquí se refiere a la dependencia de un anillo con 12 divisiones donde cada parte está determinada por la anterior y es determinante para la siguiente. Comienza con la ignorancia recordándonos que estamos atrapados en ella y mientras no sea erradicada continuaremos en el samsara en un ciclo de sufrimiento, porque nos hace percibir la realidad de forma incorrecta en cada momento (empezando por el yo). 

Este ciclo de 12 eslabones, también conocido como las 12 “nidanas” o bases o eslabones, considera cada una de las etapas que nos toca vivir hasta terminar en la muerte y el renacimiento. Pasamos por ellos cada vez que renacemos y saldremos de ellos libres sólo cuando erradicamos la ignorancia. Comprender los 12 nidanas, que nos dicen cómo surgen los fenómenos de forma interdependiente, lo que explica el proceso de existencia cíclica y el surgimiento del sufrimiento, es vital para salir del ciclo del samsara y poder iluminarse.

A continuación presentamos algunos escritos budistas que serán una fuente de luz para apreciar el tema:

Lama Tsongkhapa. (Extracto de sus versos):

Todas las degeneraciones del mundo tienen su raíz en la ignorancia. 

Has enseñado (refiriéndose al Buda) lo que es ver el origen dependiente: aquello que eliminará esta ignorancia.

Entonces, ¿cómo puede una persona inteligente no comprender que este camino de originación dependiente es el punto esencial de vuestra enseñanza?

Siendo esto así, ¿quién encontrará, Salvador, manera más maravillosa de alabarte que haberte enseñado a que esto surja por la dependencia?

Todo lo que depende de condiciones (1), carece de existencia intrínseca”.

¿Qué instrucción excelente puede haber más extraordinaria que esta declaración?

(1) Se refiere a la ley de causalidad, causa – efecto. Dadas ciertas causas y condiciones, se genera un resultado. Luego no tiene vida per se.

Todos los fenómenos psíquicos y físicos que conforman la existencia de cualquier entidad o ser se encuentran en una determinada relación de dependencia, es decir somos interdependientes, y esa ignorancia es capaz de mantenernos atrapados en el ciclo de las existencias - samsara. Los vemos como si tuvieran existencia intrínseca, vida per se, pero no es cierto, sin agua, o sin sol, o sin aire, o sin la labor de otras personas como el panadero o agricultores por ejemplo, no seriamos capaces de vivir.

Buda dijo que la llama de una vela arde dependiendo del aceite y la mecha: cuando el aceite y la mecha están presentes, la llama arde, pero si falta alguno de ellos, la llama dejará de arder.

Cosmologías de la India, página 120: "La ignorancia es la que lleva a los seres a renacer, y por ello se considera el primero de los 12 elementos de esta cadena causal, es decir, el primero de los 12 nidos o bases. Ata al individuo a la rueda de la vida y le hace persistir obstinadamente en la existencia, impidiéndole ver la posibilidad de la liberación. No se trata de ignorancia de ciertos conocimientos, sino de una ignorancia fundamental cuya ceguera fortalece el apego -upadana- a los objetos de los sentidos. Una inopía sin principio que provoca, alimenta y mantiene los procesos de renacimiento y es condición de sufrimiento innato, porque posibilita y refuerza la construcción del yo y el sentido de lo mío". 

Cuando estudiemos La Rueda de la Vida, volveremos a este tema, por lo que sugiero estudiarlo muy bien. A continuación utilizaremos algunos diagramas que nos permitan comprender y relacionar mejor el tema que estamos abordando.

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'Se dice que Buda Shakyamuni enseñó la cadena de causalidad de los doce eslabones en respuesta a la pregunta de por qué la gente padecía de los sufrimientos de la vejez y la muerte, explicándolo de la siguiente manera:

Con la ignorancia como condición surgen las formaciones mentales.
Con las formaciones mentales como condición surge la consciencia. 
Con la consciencia como condición surge el nombre y la forma. 
Con nombre y forma como condición surgen los órganos sensoriales. 
Con los órganos sensoriales como condición surge el contacto. 
Con el contacto como condición surge la sensación. 
Con la sensación como condición surge el deseo. 
Con el deseo como condición surge el aferramiento. 
Con el aferramiento como condición surge el devenir. 
Con el devenir como condición surge el nacimiento. 
Con el nacimiento como condición surge el decaer, la vejez y la muerte.

Buda dijo: "Quien entiende la originación dependiente, entiende la Ley; y quien entiende la Ley entiende la originación dependiente. Este entendimiento de la originación dependiente clarifica las 3 características fundamentales de toda existencia: la existencia es impermanente, carente de sustancia, y es sufrimiento.

El camino budista busca erradicar la ignorancia y romper esta cadena, logrando lo que se conoce como nirvana; es decir, el cese de esta cadena.

Ya debe estar claro que el entendimiento de  Originación Dependiente se da sobre la base de la “ley de causalidad”, que dice que cualquier cosa o fenómeno surge de una causa y por ello hay un resultado o efecto de la causa. La causa y el resultado por tanto dependen entre sí, sin resultado no hay una causa, es decir siempre existe una interdependencia de causa y efecto, así, todos los fenómenos se originan de manera dependiente entre sí por relaciones de causa y efecto.

Para que se desarrolle la causa y efecto del surgimiento de la flor esta tiene una causa principal que es la semilla y causas secundarias como la tierra, temperatura, sol, agua, etc.

CADA VÍNCULO ES UN “PRERREQUISITO” PARA EL SURGIMIENTO DEL SIGUIENTE ESLABÓN.

1.- La Ignorancia.
Este primer vínculo es la base de todos los demás. Aqui todo se inicia. Debido al ansia del primer vínculo, surge el samsara. La Ignorancia es la causa raíz de todo lo que acompaña a la mente samsárica. Dado nuestra ignorancia entendemos equivocadamente los fenómenos, no los vemos o deducimos como realmente son, es decir, nos impide ver la realidad o la verdad última de cada uno de ellos. No vemos la existencia interdependiente de las cosas, y así se crea una razón suficiente para que originemos acciones no virtuosas o negativas.
El elemento base de nuestra ignorancia es la creencia de un yo, la ilusión de contar con un yo, el que nos permite proyectar que todo es permanente, no viendo que todo es realmente impermanente. Esta podría denominarse la ignorancia de la verdadera naturaleza de las cosas.
Entonces, la ignorancia crea ansia la que se convierte en el combustible para la formación mental del karma. De otra forma, el efecto de la ignorancia de las 4 Nobles Verdades y del “yo” dan con la formación mental del karma. 
2.- La formación Mental del Karma.
Hay que recordar que los “tres venenos” basados en ignorancia nos mueven a la acción y sus resultados. El poder de las emociones determina nuestras acciones, lo cual genera Karma según la intención que la motiva. Con nuestras acciones virtuosas y no virtuosas alimentamos nuestro karma (positivo y negativo) determinando las situaciones que a futuro nos ocurrirán cuando maduren, por tanto, dichas formaciones kármicas nos condicionan. En esta etapa las semillas del renacimiento están siendo plantadas en la conciencia, por lo que la Formación Mental del Karma permite surgir la Conciencia.
3.- La Conciencia.
Aquí las semillas o huellas kármicas dan origen a la conciencia, (semillas que trasladamos de una vida a otra en nuestra conciencia Ayala). Esas semillas o impresiones son puestas en nuestra corriente de la conciencia.
Resumiendo: cuando aparece la ignorancia, aparecen los factores mentales (karma) y luego con ello inevitablemente la conciencia. Aparecida la conciencia se da paso al nombre y la forma.
4.- El Nombre y la Forma.
Nombre y Forma atañe a los agregados. Forma se refiere al primer agregado, la materia.  Nombre a los otros agregados: sentimiento, percepción, factores mentales y conciencia. Cuando por el poder de la conciencia uno es conectado al útero, los vínculos de Nombre y Forma aparecen (aquí Forma es el embrión, la base para los agregados). Los otros agregados aparecen como una potencialidad, aún no están activos. 
Todo el potencial genético para la forma será la base para que surjan los sentimientos, percepciones, factores mentales y conciencia una vez que el cuerpo esté formado; ellos están presentes pero nominalmente, como un potencial.
Al comienzo en el útero, es sólo forma, y aún los otros agregados no están muy activos. Paso a paso la base de los agregados se va desarrollando y llevan al quinto vínculo. 
5.- Las Seis Fuentes Sensoriales.
Una vez que se logra la forma física (del órgano ojo, por ejemplo), resultado del punto anterior, se agregan las facultades de los sentidos: conciencia de la visión, de olfato, tacto, gusto, oído y mente. 
Debido a que esos órganos eventualmente permitirán que nuestras percepciones del mundo entren, es que ellos son llamados las entradas de la percepción. La percepción propiamente tal no ocurre en el quinto eslabón, y deberá esperar hasta el sexto vínculo, contacto. Así, la facultad visual funcionando permite que la conciencia visual realice el contacto con las cosas que ve.  
6.- El Contacto.
Este es la interacción que se produce entre la relación del órgano, el objeto y la conciencia; lo que nos permite experimentar el mundo fenoménico. Esto significa el contacto de: la facultad (de cada uno de los cinco sentidos y la mente) con su objeto, a través del vínculo de la conciencia (individual a cada sentido y la mente). 
Por ejemplo si hay un objeto a ver, la "facultad visual más la conciencia visual" que los une (funcionan simultáneamente) permite la visión del objeto. Este tema ya lo vimos en la entrada Conciencias.
7.- La Sensación.
Luego del contacto surge la que nos otorga placer o aversión, es la sensación. Una vez que hay contacto, surgen las sensaciones. Estas sensaciones pueden ser tanto placenteros como no placenteros o neutras. Por ejemplo el ojo puede ver algo hermoso o feo creando una sensación como resultado y, una sensación de odio por ejemplo genera karma negativo. El resultado de la sensación placentera, dolorosa y neutras se da paso al siguiente vínculo.
8.- El Deseo (ansia) (ganas de involucrarse).
Basado en la sensación surge el ansia de deseos, la que nos hace desear algo e involucrarnos con la sensación placentera y alejarnos de las no placenteras. Debido a sensaciones placenteras, uno se involucra con sentimientos que crecen hasta un punto donde concibe que debe obtener eso, eso que nos entrega dicha sensación generada.  
9.- El Apego o aferramiento.
Ahora se manifiesta el incremento “exagerado” del deseo, el “poseer” aquello que nos gusta, el apego. Esta puede ser también una decisión para eliminar o evitar algo  que uno estima no placentero. En esta etapa todo es todavía mental. En el décimo eslabón la decisión es puesta en acción.
10.- Devenir (La existencia).
El décimo vínculo se llama así debido a que en esta etapa todas las cosas de las se pensó se llevan  a cabo. En esta etapa estamos haciendo acciones tanto físicas, verbales y mentales. Puesto que es necesario realizar una acción física para que el karma madure a posterior esta etapa se llama “Devenir o Existencia”.
11.- El renacimiento.
El karma creado causará el renacimiento en el samsara. Debido al karma obtendremos cierto tipo de vida, la cual comienza en el útero con el vínculo llamado nombre y forma.
Se genera entonces la base para experimentar toda clase de sufrimiento.
12.- La Vejez y Muerte.
Como consecuencia del nacimiento los Skandas se desarrollan y luego cesan. Del renacimiento resulta la vejez y la muerte. Según como actuemos en esta vida, influiremos la próxima existencia.
La vejez (enfermedades) y muerte son dos formas de sufrimiento para todos nosotros. Este puntos delimitan una serie de sufrimientos, dificultades y dolor que tomar lugar en nuestras vidas; todas las cosas las cuales son no placenteras, agobiantes, etc.  Todo esto sucede porque hemos nacido. Una vez que hemos nacido uno comienza a envejecer.

Los doce eslabones se dan en todos y cada uno de los seres del samsara. Mientras la Ignorancia no sea erradicada, se repetirá el ciclo del samsara. El camino budista busca entonces erradicar la ignorancia y romper la cadena, lográndose el Nirvana. 

La ignorancia permite la existencia y es el combustible para el proceso en que la rueda vuelve a girar.


Nagarjuna: El Corazón de la ORIGINACIÓN DEPENDIENTE.
En sánscrito: Pratityasamutpada - Hridaya Karika.

A continuación Nagarjuna nos explica con profundidad el sentido de la Originación dependiente.

1)
Estos vínculos, doce en número, que el Buda enseñó como la originación dependiente,
 pueden resumirse en tres diferentes categorías: aflicciones mentales, karma y sufrimiento.

2)
El primero, el octavo y el noveno, son aflicciones (1)
el segundo y el décimo, son karma (2)
los otros siete restantes son sufrimiento (3)
por eso los doce vínculos están clasificados en tres grupos.
 
3) 
De las tres aflicciones se originan los dos kármicos, 
y de los dos kármicos vienen los otros siete. 
De estos siete se originan de nuevo las tres aflicciones,
por lo tanto, la rueda de la existencia gira y gira.
 
4)
Todos los seres no son más que causas y efectos,
en los que no hay ningún “ser sintiente” existente por sí mismo.
De los fenómenos que son exclusivamente vacíos,
Solo se pueden originar fenómenos vacíos. 
Todas las cosas carecen de un “Yo” o de un “mío”
 
5)
Como una recitación, una lámpara, un espejo, un sello,
un cristal de aumento, una semilla, un amargor, o un sonido;
para continuar así también con todos los agregados. 
Los sabios deberían de saber que no son cambiados.

6) 
Por eso, con respecto a las entidades extremadamente sutiles,
aquellos que las contemplan como inexistentes (con nihilismo)
careciendo de un conocimiento preciso y penetrante,
no verán la verdadera originación dependiente.
 
7)
Con respecto a esto, no hay nada que deba de ser eliminado,
ni la más insignificante cosa que deba de ser añadida.
Hay que buscar perfectamente dentro de la propia realidad,
y cuando esa realidad es vista, acontece la Perfecta Liberación








 LA GENERACIÓN CONDICIONADA EN SU ORDEN CONTRARIO.
Las causas pueden ser destruidas.

De UDANA pag 52: “Así he oído. En un momento el Señor se encontraba en Uruvela en orillas del rio Neranjara, bajo el árbol de la Iluminación, ya habiendo alcanzado la condición de Buda. Entonces, al final de esos siete días, experimentando la felicidad de la Liberación. Y al fin de esa semana, habiendo salido del samadhi, en la guardia media de la noche, reflexionó profundamente acerca de la Generación Condicionada en su orden contrario:'
cuando no existe esto, no se produce aquello; con la cesación de esto, cesa aquello, a saber:

con la cesación de la ignorancia, cesan los residuos karmicos (cesan las actividades volitivas);
con la cesación de los residuos karmicos, cesa la conciencia;
con la cesación de la conciencia, cesa la individualidad (nombre y forma);
de la cesación de la individualidad, cesan los seis sentidos;
de la cesación de los seis sentidos, cesa el contacto;
de la cesación del contacto, cesa la sensación;
desde el cese de la sensación, cesa el deseo;
de la cesación del deseo, cesa el apego;
desde el cese del apego (aferramiento), cesa la existencia (del ser);
de la cesación de la existencia, cesa el nacimiento;
de la cesación de nacimiento, cesa la vejez (envejecimiento) y la muerte, la tristeza y el llanto, el sufrimiento (dolor), el desagrado y la inquietud”.


luego Buda dijo:

cuando las cosas se rebelan (se muestran)
en su verdadera naturaleza
al brahmán que medita con fervor,
entonces desaparecen todas sus dudas, ya que descubre
que las causas pueden ser destruidas.


K Dondrup T.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

DOS MONJES BUDISTAS - FÁBULA.

 DOS MONJES BUDISTAS - FÁBULA.

Dos monjes Budistas estaban paseando fuera del monasterio. Uno era un viejo maestro aproximadamente de unos noventa años y el otro era un principiante joven. Ellos estaban cerca de una corriente de agua que arrastraba algunas cosas a su paso. 

Al lado de la corriente había una joven hermosa que acercándose a ellos les dijo, "Mirad, Maestros, está todo inundado. 

¿Me ayudarían a travesar esta corriente?". 

El joven monje estaba complicado ante el hecho de tener que asirla para travesar el agua, pero el viejo con calma la tomó en sus brazos y la llevó a través la corriente. Cuando llegaron al otro lado de la corriente, él la dejó y los dos monjes continuaron caminando. 

El joven no podía dejar de pensar en este incidente y finalmente le dijo al más viejo, " ¡Maestro! Usted sabe que hemos jurado abstinencia. No nos permiten tocar una joven hermosa así. ¿Cómo podría usted tomar a aquella joven hermosa en sus brazos y dejarle poner sus manos alrededor de su cuello, sus pechos al lado de su pecho, y llevarle a través de la corriente así? ". Y el anciano le dijo, : "¡Hijo mío, usted todavía la lleva encima! ". 

                            - - - - - - - - - - - 

¿Qué piensas al respecto?

Un par de ideas para tú análisis:

A.- El joven principiante tiene la mente oscurecida por sus condicionamientos sociales que no le dejan aparecer en claridad.

B.- El joven principiante tiene mucho que aprender por delante.

C.- ¡El maestro es un sabio! Vive en paz consigo y con el mundo.


domingo, 17 de noviembre de 2024

SAMSARA - UN CICLO DE RENACIMIENTOS.

SAMSARA  -  UN CICLO DE RENACIMIENTOS.

Samsara.
Este término se refiere al ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento, con todo lo que este comprende, incluidas las alegrías y descontentos que nos presenta en cada etapa.

Una característica del samsara, es la naturaleza de los fenómenos cuyos vínculos (impermanencia, insustanciabilidad y sufrimiento) (1) que no captamos mentalmente en su real magnitud, son razón suficiente por sí mismos para que nos generen angustia. Otro rasgo que también nos condiciona la existencia en el samsara, es todo lo se nos inculca y aprendemos en nuestra vida abarcados los dictámenes de nuestra sociedad (considérese dogmas, prejuicios, conocimiento, experiencias etc.), bases suficientes para que nuestros pensamientos y sentimientos oscilen entre felicidad e insatisfacción. 

Lo más dominante es que el samsara nos hace suponer a cada momento del día que 
“en ella se encuentra la felicidad y que ésta se concreta complaciendo nuestros deseos”, y nosotros, como estimamos que es verdad, generamos apego con la vida terrenal y nos afanamos en ese objetivo. Pero dicha afirmación no es correcta (ya sabemos que la felicidad no es algo externo)(2) y por lo tanto, se generan preocupaciones que son producto nada más que de nuestro aferramiento o apego al yo. Todo esto nos ofrece un círculo vicioso, donde por la situación expuesta nos mantenemos padeciendo sufrimientos y mientras seamos personas que no logremos desprendernos de las causas del mismo, como el “aferramiento propio”, seguiremos bajo el ciclo de renacimientos (se recomienda leer : Primera Noble Verdad). 

Reinos del samsara.

En el samsara, existen seis reinos donde se puede renacer: son tres reinos de existencia inferiores y tres superiores. Los inferiores como se podrá deducir, no son los preferidos para vivir. Ellos son el reino animal, el de los espíritus ávidos o hambrientos y el de los infiernos, donde este último es el peor para subsistir dado a que priman sentimientos de ansiedad y agresividad además del calor o frío extremo que se hace sentir.
En el de espíritus ávidos nada de comer o beber les satisface, siempre necesitan más, tienen hambre o sed,  dado que el sistema digestivo no procesa los alimentos ni los bebestibles razón por la que siempre tienen hambre y sed. En el reino de los animales, los seres están con instintos primarios pensando en comer, dormir y reproducirse, y de que no sean comidos por los otros animales. Nada de favorables y deseables estos reinos menores.

Los reinos superiores son el humano, el de los semidioses y el de los dioses. En el de los humanos los seres van tras sus deseos creyendo que así serán felices. En el de semidioses los seres se pelean entre ellos ya que viven de sospechas y celos. Tienen celos de los dioses y sufren porque desean el poder. Los dioses por otro lado viven contentos y con bienestar en un reino de belleza. Dado que tienen apego a los placeres, “agotan los méritos acumulados” que les permiten el bienestar, por lo que en algún momento de seguro deben reiniciar el ciclo del samsara. 

Entonces, estos seis reinos del samsara, son y representan los ciclos de nacimiento y renacimiento en los que viven todos los seres vivos (o también, los seres sintientes: humanos, animales, insectos, etc.), y donde cada reino está caracterizado por una emoción principal que mantiene a los seres conectados en él. 

En orden descendente esos reinos son:

1. El Reino de los Dioses: emoción predominante es el Orgullo. Orgullo. 
2. El Reino de los Semi-Dioses: emoción predominante son los Celos. 
3. El Reino de los Humanos: emoción predominante es el Deseo. 
4. El Reino de los Animales: emoción predominante es la Ignorancia. 
5. El Reino de los Fantasmas Hambrientos: emoción predominante es la Avaricia. 
6. El Reino del Infierno: emoción predominante es la Ira.

Hay tres planos de existencia en la cosmología budista como una perspectiva:
Triloka : tres mundos, hace referencia a tres planos de existencia de la cosmología hinduista y budista. Estos mundos también son conocidos como reinos (dhātu) o “esferas”. Recordar que de  acuerdo con el karma uno pasa de uno a otro de los seis reinos y que para liberarse de este ciclo de renacimientos se debe alcanzar el Nirvana.  

el reino del deseo,
el reino de la forma,
el reino de lo sin forma.

Los seres humanos viven en el reino del deseo, y de acuerdo al budismo, estos junto con otros habitantes de los seis reinos del samsara renacen aquí porque todavía son objeto de deseo. En el reino de la forma no hay deseo, pero sigue estando la corporeidad y en el reino de lo sin forma no hay ni el deseo ni la corporeidad.

1.- Mundo o Reino del Deseo: uno de los tres reinos de existencia cíclica mencionados en las escrituras budistas. mundo caracterizado por el apego a los objetos de los 5 sentidos, (forma, sonido, olor, tacto y gusto) donde viven los seres del reino del deseo (6), es decir, del infierno, los pretas (espíritus hambrientos), los animales, los seres humanos, los semidioses y ciertos dioses. 

2.- Mundo o Reino de la Forma: situado entre el mundo del Deseo y de Lo Sin Forma. Residen los dioses de cuerpo de luz, libres o renunciados del deseo, pero aun con apego a la forma interna, su cuerpo y mente.

3.- Mundo Reino de lo Sin Forma: situado encima del mundo de la Forma. Residen dioses que solo poseen un cuerpo mental. Han renunciado incluso a la forma y existen solo como energía de conciencia. Han abandonado temporalmente el apego a los placeres de la forma, pero aun esta esclavizado por el deseo y apego bastante sutiles a los estados mentales y ego.

Un ser puede renacer en cualquiera de los reinos antes mencionados debido a hechos de su vida pasada, según la ley del karma. Así, pudo haber pasado por cada uno de ellos debido a los múltiples renacimientos que se tiene. Se dice que la vida humana es particularmente preciosa por la capacidad que tenemos como humanos de entrar en contacto con las enseñanzas de Buda, de entender y practicar la filosofía budista y por ende, poder liberarnos del samsara via la iluminación. Solo los humanos tienen esta facilidad del despertar.

Las acciones que uno realiza durante la vida tienen directa relación con el reino que a uno le tocará vivir, dado que generar karma positivo o negativo induce a renacer en algún lugar específico del samsara. Si durante la vida se produce karma negativo, se está colaborando a renacer en los reinos inferiores, por el contrario, el buen karma que está relacionado con las acciones positivas que uno realiza, más las acciones de purificación de karma negativo, colaboran a renacer en los reinos superiores.

Finalmente, es conveniente resaltar que solamente en el reino de los seres humanos se tiene la posibilidad de eliminar el sufrimiento, superarse espiritualmente y, por tanto, escapar del ciclo del samsara. Vía  la Iluminación o el despertar se consigue la liberación del sufrimiento y sus causas. 

Nota: (1) ver: la Existencia y sus vínculos (Primera Noble Verdad).
          (2) ver: las Cuatro Nobles Verdades.


Sólo desde el reino de los humanos es posible salvarse del samsara, 
ya que solo en él es viable la Iluminación.


Perturbadores o venenos de la mente.

Los distractores mentales principales conocidos como los “venenos mentales” son el deseo (apego), el odio y la ignorancia. Son altamente negativos para nuestro accionar pues influyen directamente en nuestro diario sufrir. El deseo es el factor mental perturbador que observa un fenómeno (incluye todas las cosas) y lo supone como causa de felicidad y por tanto lo desea. El odio nace producto de exagerar las malas características estimadas del fenómeno que se manifieste, llegándo a verlo como un enemigo e incitandonos a actuar negativamente. La ignorancia, básicamente tiene relación con el desconocer la realidad última de los fenómenos, el “desconocimiento del mundo tal y como realmente es”.

Hay otra definición de ignorancia que es de "Dharmakirti y Chandrakirti que dice sin contradecir lo anterior, que la ignorancia tiene que ver con aferramiento propio”. (Apego al yo).

Desde estas perturbadores nacen también todos los demás perturbadores como son el orgullo, los celos, la vanidad, etc. los que son factores frecuentes de sufrimiento y que además nos impiden alcanzar la Iluminación, siendo por tanto, perjudiciales para nosotros ya que alteran nuestra paz mental produciendo un vivir inquieto, y motivo suficiente para que nos mantengamos en el samsara. Esto es porque dificultan que conservemos la paciencia (virtud que permite debilitar el odio) y otras virtudes, que podamos mantener los principios éticos y los preceptos aceptados, que podamos generar karma positivo y también purificar el negativo, y finalmente, perjudicándonos ya que no tendremos la posibilidad de lograr una percepción directa de los fenómenos, de su propia esencia, para poder percibir la “realidad última” de los mismos (1). Ellos están siempre entorpeciendo que mantengamos una paz interior lo que nos podría facilitar al menos una felicidad más continua, pero no, interrumpen a cada rato negativamente. 

Todos los perturbadores mentales son factibles de mejorar mediante la práctica de la “meditación en los mismos” . Al mejorarlos, logramos estados más apacibles y claridad mental, llegando por ello a ser más sabios, lo que nos permite alejarnos del sufrimiento para llegar finalmente a liberarnos del samsara, pues algun día nos iluminaremos. 

Los agentes perturbadores impiden conservar la paz mental, generar karma positivo,
  y lograr la percepción real de todos los fenómenos, es decir verlos tal cual ellos son.
Recuerde que sólo somos capaces de apreciar los fenómenos en su dimención convencional y no en su realidad última o verdadera realidad.

Nuestro estado actual de la mente es como un mono inquieto, salta de un lado a otro, de una cosa pasa rapidamente a otra. No nos deja en paz. Puede estar alegre y pasa a la ira y luego a otra emoción o pensar sin parar incanzablemente. Debemos calmarla para  levantar nuestra sabiduria interior, pues este tipo de oscurecimiento, no permite una mente en su total claridad para llevarnos al despertar.
Al alcanzar la iluminacion podremos ver los fenómenos tal cual son realmente.

(1) Ver entrada de las dos Realidades o verdades.

 K Dondrup T.

viernes, 15 de noviembre de 2024

EL YO Y EL APEGO AL YO

 EL YO Y EL APEGO AL YO. 

El yo y el Apego al yo.

Nuestra mente conceptual percibe y proyecta la idea de que todos los fenómenos tienen existencia inherente, vida por sí mismos, que existen por cuenta propia. Así entendemos la realidad, apreciando que todo tiene existencia inherente y en particular el yo. 

Esta mente de apego al yo, del ego que todos poseemos, es el origen de las perturbaciones mentales que engañan y descontrolan a la mente, nos hace actuar equivocadamente al no ver las cosas como realmente son, y por tanto, ocasionan sufrimiento al ser humano. 

Cuando se trata de encontrar el yo de acuerdo a lo que encierra la denominación, no se encuentra nada que se concrete como yo. Si el “yo” fuera verdadero, deberíamos haberlo encontrado hace tiempo. Se piensa que el yo es el cuerpo, que el yo es la mente, que el yo es el cuerpo y la mente. No es así, si el yo fuera el cuerpo o la mente, el poseedor y lo poseído serian lo mismo, por lo tanto, no tiene sentido decir mi cuerpo o mi mente. Si suponemos que el cuerpo y la mente se esfumaran, no queda nada que podamos reconocer como el yo.

El yo con existencia inherente (per se) no existe. El yo existe solo en forma “convencional”, como el “tú” y “mío”, y sirve para identificarnos uno del otro, por lo que lo “asociamos” al conjunto de cuerpo y mente. Uno se llamará Marcelo, Bárbara o Nicolás y es una convención para distinguir uno del otro y, en esta “realidad convencional” en que vivimos el yo así tiene su aplicabilidad. El yo pasa a ser la conciencia que se tiene de si mismo como ser individual. Ese yo individual, que nos permite identificarnos con la experiencia provoca sufrimiento y como se cree que existe nos apegamos a todo y eso también producirá sufrimiento. Sin embargo, el yo es un producto mental, una ilusión de los sentidos, no hay ningún yo, ni siquiera algo similar, que realmente nos defina como yo. Es una convención. Una mera etiqueta.

Uno genera una identificación y simpatía con el “yo”. Afirma yo soy médico, yo soy padre, yo soy hijo, yo soy bueno etc., y cuando ve que uno de esos yo es amenazado, origina un apego espontáneo con él, en protección del mismo, ya que pensamos que realmente ese yo nominado es uno mismo. Pero no es uno mismo. Uno es el que ha concebido un yo como un ideal de sí mismo. Es tanta la adhesión al yo, que si se amenaza de pérdida un bien propio, el ego brinca y aflora el miedo de perder lo que consideramos nos contribuye a ser lo que somos. Y ahí aparece la ira y también la angustia, intranquilidad que se debe al ego, a la autoestima, ¡al poseer que resulta en apego! Así como nos apegamos a las cosas de la vida, que por supuesto nos gustan, nos apegamos a la propia idea del yo.

Nos comportamos sin aceptar que el yo es un nombre imputado por la mente, una etiqueta, algo convencional que nos permite llevar las relaciones personales. La mente se engaña creyendo que el yo existe independiente, inherentemente de un modo real. La mente es la que etiqueta todo incluso las acciones del yo. Recordemos que las etiquetas tienen existencia conceptual, como pensamiento en la mente, pero no en la realidad del universo. 

“El yo siempre exagera las cualidades de un ser o de una cosa y por tanto nos apegamos a aquello, y también exagera las cualidades negativas viéndose disminuidas las positivas de aquello a que sentimos aversión”. Este yo, nos provoca entonces sufrimiento al crear causas y condiciones para que la mente opere del modo de producir engaños o errores de percepción. 

Al igual que un tronco de un árbol de plátano no es nada cuando se corta en pedazos, de la misma forma, el “yo” es inexistente cuando ha sido buscado analíticamente”

Shantideva.

El yo es un tramposo, pues nos hace creer que tenemos una existencia inherente,  no siendo así, somos personas interdependientes. Necesitamos del sol, agua, aire,  alimentos, remedios y tantas otras cosas para poder vivir. Es como una planta, que necesita de tierra, agua, sol, aire para vivir y si falta alguno de esos elementos, muere. 

El yo es el que nos causa por ejemplo ser agresivos.

El yo es el que no nos facilita amar en forma sincera (el ego y yoismo nos nubla).

Asimismo, el yo considera lo amado como algo imperioso para satisfacerse y eso ya es estímulo suficiente para generar insatisfacciones. Cuando ese ser amado quiere alejarse o evitarnos, el yo nos hace sufrir al inducirnos a pensar que parte de nuestra propiedad es la que se aleja. El yo, el “yoismo” siempre genera molestias, dado que es de una postura egoísta y envidiosa. Propone por ejemplo: “sin ti no puedo vivir”, una frase al menos egoísta que denota no solo apego y eso ya es causa de angustias estresantes.

 El apegarse al yo es causa de sufrimiento.

Reducido el yo aparece fácilmente el amor compasivo.

Cuando uno muere no hay algo con lo que se pueda afirmar que murió el yo. Todo “fenómeno” se da como resultado de causas y condiciones asociadas. Todo surge dependiente (causa y efecto involucrado). Este no es el caso del yo, pues es una ilusión y un convencionalismo.

Ego en latín significa yo; yo, ego, son en definitiva lo mismo. 

El ego es dañino para la persona que lo personifica, eso lo sabemos. Tiene de socio al egoísmo que involucra un excesivo amor a uno mismo, atendiendo sus propios intereses, sin importar el de los demás. Esto es egoísmo puro, sufrimiento en vista.

                  “Un egoísmo sano seria cuando no compromete a los demás”.

En fin, no hay nada en ese yo designado, inventado por nosotros y, que sin embargo, nos aferramos sin haber nada a que aferrarse. Mientras más nos aferremos a un fenómeno, más nos alejamos de la posibilidad de conocer la verdadera realidad de los mismos, de vivirlos en forma real. 

El ego es quien nos impide lograr el conocimiento de quienes somos en la realidad, pues nos impide en poder llegar a ver nuestra propia naturaleza, pues aparece interesadamente antes. Pero, cuando las enseñanzas budistas comienzan a hacer sus efectos, la seducción del ego en nosotros disminuye de forma paulatina a definitiva.

¡No hay nada a que aferrarse, nada que sea estable! Ni siquiera el pensamiento

El proceso de desatender el ego es gradual y se logra vía la práctica budista de los “Adiestramientos Superiores” (Cuarta Noble Verdad). Cuando se va logrando un alejamiento del yo uno va encontrando más libertad y cuando se pierde el yo, no hay apego a los fenómenos, se logra una emancipación total, sin un ego que interceda. Es en este momento cuando se pueden “aprehender los fenómenos en forma directa”. Por ello, en esta instancia ya se está liberado de los renacimientos del samsara.

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                                        Frases para tú revisión.

Nuestros problemas se generan dado la ignorancia que tenemos del yo.


El ego causa que uno produzca aflicciones al propio ser.


Mientras más te aferras a tu pareja, mas inquietudes sufrirá la relación.


El budismo no reconoce un yo verdadero, sino solo como una convención de esta realidad convencional en que vivimos.


“Para cumplir una práctica budista correcta, es conveniente un ego más sano”.


Sin la mente de apego al yo, nos libramos del yo, del sufrimiento y del samsara.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

EL HALCÓN QUE NO PODÍA VOLAR - FÁBULA.

                  

EL HALCÓN QUE NO PODÍA VOLAR - FÁBULA:


Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasados unos meses, el instructor le comunicó al rey que uno de los halcones estaba educado pero que no sabía qué le sucedía al otro. Desde que había llegado al Palacio, no se había movido de la rama, hasta tal punto que había que llevarle el alimento.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores pero nadie pudo hacer volar al ave. 

Entonces hizo público un edicto entre sus súbditos y, a la mañana siguiente, vio al halcón volando en sus jardines.

- Traedme al autor de este milagro - pidió.

Ante el rey apareció un campesino. El rey le preguntó:

- ¿Cómo lograste que el halcón volara? ¿Acaso eres un mago?

- No fue difícil - explicó el hombre. 

- Tan solo corté la rama. Entonces el pájaro se dio cuenta de que tenía alas y echó a volar.


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Enseñanza

De esta bella fábula budista se puede deducir:

A veces, es necesario quedarse en la rama para recuperar fuerzas pero si nos quedamos en la zona de confort durante mucho tiempo, jamás sabremos cuán lejos habríamos sido capaces de llegar (progresar, florecer).

Por eso, en ocasiones necesitamos que alguien nos corte la rama o tener el valor de cortárnosla o cortar la rama a otros seguros que será una ayuda. Asegúrate de no ser tú quien dificultes el vuelo a otra persona, a veces sucede que uno lo hace sin mala intención pero impide crecer a la otra persona, o que otra persona no te impida volar.

Muchas veces los papas, por temor, no permiten que el hijo pueda avanzar. Tambien sucede que cuando lo hacen ya puede ser demasiado tarde. 







Archivo KDT - 2015


martes, 12 de noviembre de 2024

LOS VENENOS DE LA MENTE Y SUS ANTÍDOTOS.

 

LOS VENENOS DE LA MENTE Y SUS ANTIDOTOS. 

Los venenos a los que nos referimos son el deseo, la ira y la ignorancia; el desconocimiento que tenemos de la realidad de los fenómenos (cosas, personas, etc.). Estos son los que nos hacen sufrir durante la vida, desde diferentes perspectivas. El tema del sufrimiento se desarrolla en "Las Cuatro Nobles Verdades", así que continúa leyendo esa entrada también.

Los tres venenos espirituales se encuentran en el centro de la Rueda de la Vida. El primero de esos tres venenos es el deseo, el apego (sed de posesión) y está representado por un gallo. El odio está representado por una serpiente. El cerdo simboliza la ignorancia de nuestra naturaleza original, pero también de las condiciones de nuestra existencia.

El cerdo muerde la cola de la serpiente que a su vez muerde la cola del gallo, quien muerde la cola del cerdo, para tejer la red de nuestras ilusiones, están ahí, los tres, inseparables, en el origen de las acciones generadas. durante esta vida

Solemos hablar de los tres venenos del sufrimiento y se amplía a cinco en el Mahayana, siendo estos cinco los más presentes y devastadores; A los tres anteriores se suman los celos y el orgullo (ego o vanidad).

La idea de los antídotos pretende producir algo que impida que nos involucremos en emociones y pensamientos destructivos. Los antídotos se aplican en los niveles denso y sutil de la conciencia. Es posible aplicar antídotos ya que no es posible que la conciencia contenga dos emociones simultáneamente, ni una emoción negativa y una positiva al mismo tiempo, una excluye a la otra, y por tanto es posible actuar sobre ellas. Por este motivo, existen antídotos para cada emoción negativa. 

¿Por qué molestarse en manejar estos venenos mentales?

Sabemos que nos impiden vivir en paz y alcanzar una felicidad más estable. El ser humano está más cerca que cualquier otro ser de alcanzar la tranquilidad en su vida y, más aún, es el único que sostiene la Budeidad. Esto le permite triunfar sobre los venenos basándose en su propio esfuerzo.

Podemos lograr generar con mayor regularidad acciones positivas que nos beneficien, podemos ser menos egoístas y mantener una mayor paz interior y además, podemos superar los venenos con antídotos para lograr una mente menos perturbada, incluso no perturbada.

Recordemos brevemente:

Acciones negativas y positivas: las acciones negativas son sólo factores de daño para uno mismo y para los demás (pensemos en el efecto de la ira por ejemplo), producen las causas y condiciones del sufrimiento (piensa y analiza un deseo que no se pudo concretar, por ejemplo) y También generan karma negativo. Las acciones positivas, por el contrario, benefician a uno y a los demás, producen estados de felicidad y generan karma positivo.

Los venenos: el deseo, el odio y la ignorancia son los venenos que destruyen la paz mental; esto es fundamental para tener buenos sentimientos y realizar acciones positivas en favor de los demás y en definitiva de uno mismo. Mientras sigamos produciendo estos venenos, es decir, reaccionando con apego a lo que nos gusta, con aversión a lo que no nos gusta y con indiferencia hacia todo lo que no nos importa, no dejaremos de tener la mente perturbada y las emociones aflictivas. Oh, no te olvides de los celos y la vanidad.

No podemos olvidar: así como los venenos son los que nos causan sufrimiento en la vida diaria, también influye nuestra ignorancia del yo (ego), la impermanencia y la interdependencia. Sin saber que los venenos son la base de nuestro sufrimiento, es bueno tener conocimiento de los tres temas que se agregan en interés general de sus efectos.

Él yo: 

Valoramos nuestro yo como máximo, centralizamos nuestras motivaciones, pensamientos, emociones y acciones poniendo a uno mismo en primer lugar. El yo, como explicamos en la entrada del yo, es al menos negativo por su "egoísmo" (ego) y además es sólo un convencionalismo, una etiqueta, no existe: si lo buscas, lo encontrarás. no lo encuentro. Por favor vea la entrada de El YO.

Impermanencia:

en cambio como vemos que todo es permanente sufrimos, porque todo termina, todo cambia, todo muere, todo lo que nace muere y esto nos provoca sufrimiento. La naturaleza de toda la materia es Impermanente (tema visto en la Primera Noble Verdad).

Interdependencia:

Necesitamos tener claro este concepto, creemos que tenemos una existencia inherente, la vida per se, pero no es así, dependemos de muchas, muchas cosas. Por ejemplo, no podríamos vivir sin sol, agua, aire, alimentos o medicinas. Una planta necesita al menos sol, agua, aire y tierra para vivir. Si alguno de ellos no aparece, la planta muere. Este tema de interdependencia se amplía en la entrada: Dos Realidades o Verdades.

Los malos sentimientos nacen de percepciones erróneas de cómo es la realidad que percibimos. Vivimos en una realidad de convencionalismos donde él, tú, Juan, uno mismo etc. son necesarios por supuesto, pero para una realidad convencional, donde también creemos erróneamente que tenemos vida per se, como vemos a las plantas o animales con existencia inherente. . Hay una realidad que no percibimos donde es real la interrelación de las cosas y los fenómenos, así como la paz y la felicidad duraderas. Esta realidad será posible apreciarla con nuestro despertar.     

Reducir el sufrimiento.             

Los antídotos.

Buda nos enseña a meditar sobre los antídotos contra los venenos de la mente para poder superarlos y crear una experiencia más armoniosa, con mayor tranquilidad. Deberías considerar conocer muy bien “las diez virtudes” porque son causa directa del sufrimiento y del karma negativo. al contrario, existen diez virtudes positivas que facilitan el camino de la vida.

1.-Contra el deseo (deseo - apego), el antídoto es la impermanencia.

Todo lo que nace, muere, y esto es una certeza. Nuestra vida, por ejemplo, empezamos a morir desde el momento en que nacemos.  La mente siempre nos da concepciones erróneas de la realidad, ya que debido al deseo toma el camino de satisfacer nuestros propios deseos. Cuando vemos algo que nos gusta, lo observamos y nos gusta más. Lo vemos como causa de felicidad y es aquí donde se manifiesta el engaño, ya que que la entidad nos cautive o no depende de nuestra propia mente y no de ella como tal, porque realmente el “objeto” no contiene en sí mismo estas características. , siendo nuestra mente la que nos engaña. El objeto no tiene ese poder, la felicidad es algo interno a uno, propio de uno mismo y no externo. Mantener la mente libre de apegos evita que surjan emociones perturbadoras, como los celos, la vanidad, etc. Meditar sobre la impermanencia es el antídoto contra el deseo. Es positivo colaborar a reducir las ganas de dar, de ser generosos.

2.-Contra la ira (odio), el antídoto es la paciencia.

El odio identifica el fenómeno (o la persona) como si fuera desagradable y con ello despertamos nuestra ira; así que sólo logramos verlo como un enemigo. El odio implica el deseo de dañar o destruir cualquier cosa que se interponga en el camino para obtener lo deseado. El odio nos impide ver al resto con amor o compasión. Tengamos mucho cuidado, porque siempre nos lleva a actuar mal. Meditar sobre la paciencia reduce la ira. Conviene practicar el desarrollo del amor, la intención amorosa y la buena voluntad, así como saber perdonar en apoyo a la meditación.

3.- Contra la ignorancia, el antídoto es la sabiduría interior.

La sabiduría es como una luz que brilla en la oscuridad, como el ejemplo de un joven que al entrar a un sótano vio una serpiente en el suelo y con miedo, al encender la luz, descubrió que solo era una serpiente torcida. palo. Debemos desarrollar nuestra sabiduría, sin dar un paso atrás, de lo contrario nuestra ignorancia persistirá. La compasión sin sabiduría podría ser algo negativo porque sin sabiduría sólo podría ser lástima. Practicar las "seis paramitas" son los antídotos para contrarrestar la ignorancia. Las paramitas son: la generosidad, ética, paciencia, perseverancia, el equilibrio meditativo - meditación y la sabiduria; para conocerlas más a fondo favor ver entrada: el  Bodhisattva.

4.- Contra el orgullo (vanidad), el antídoto es el autoconocimiento.

Cuando nos identificamos con el ego o la vanidad siempre experimentaremos atracción por algo que refuerza nuestro sentido de identidad y que es pura vanidad. Al ego le falta humildad y muchas veces uno cae en la práctica de la soberbia (de ahí el egoísmo) y la opinión que uno tiene de sí mismo en ese momento será distorsionada. Ser más humilde atrae sólo beneficios, meditar en el orgullo es la solución.

5.- Contra los celos, el antídoto es la unidad.

Los celos son un factor de destrucción del amor. Los celos son parte de una agresión y la persona que los enciende no lo nota, y el afectado es muy posible se sienta muy agredido. Hay que dominar los celos, de lo contrario, generaremos sólo vivencias de sufrimiento. Se puede tener celos al pensar que mi pareja mira mucho otra persona, o porque otro es mas inteligente, o porque otro gana más o tiene mejor auto, etc. Buda decía: hay que ser feliz con lo que se tiene; hay que tener claro cuanto debo alcanzar. El amor, la compasión y meditar en la emoción afectada es el remedio.

Estas emociones y sentimientos aflictivos nos influyen en que no podamos alcanzar el despertar. Todas ellas se producen en la mente, por tanto, la meditación es la herramienta más eficaz como antídoto. P. ej. meditar en la impermanencia.

 Para anular los malos sentimientos actúe en función de los demás, de sus necesidades y sufrimientos. Ello es parte de la ética budista.

                         Cuando medites y aparezca una emoción negativa en la mente,                              examínala directamente sin alterarte, la emoción se calmara.


HAY UN BUDA PARA SALVAR CADA EMOCIÓN NEGATIVA REPRESENTATIVA

 DE LOS CINCO VENENOS.

Los cinco Budas de la sabiduría son emanaciones y representaciones de las cinco cualidades del Adi-Buda, el buda primordial Vajradhara o Dorje Chan que se asocia con el Dharmakaya en el budismo vajrayana. Se les llama Dhyani Budas. Dhyana, en sánscrito, significa meditación.  Ellos encarnan el principio de la iluminación budista. Personifican también los 5 skandhas. 

Akshobhya el de la sabiduría como espejo, purifica la ira.

Amithaba el de la sabiduría discriminativa o que discierne, purifica el deseo.

Ratnasambhava el de la sabiduría de la igualdad, purifica el orgullo, el ego.

Amughasiddhi el de la sabiduría que todo lo logra, purifica los celos, la envidia.

Vairochana el de la sabiduría del dharmahatu o del espacio absoluto, purifica la ignorancia.

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Padmasambhava le indicó a Yeshe Tsogyal en "Enseñanzas a la Dakini" cuál debe ser la actitud correcta en relación a los peligrosos venenos para el mente: cortarlos de raíz, es decir, impedir que crezcan decidiendo, no siguiéndolos cuando aparezcan en nosotros (dejar que pasen). 

"El maestro Padmasambhava dijo: si practicas el Dharma, debes cortar los cinco venenos de raíz.

La dama Tsogyal preguntó: ¿Qué significa eso?

El maestro contestó:

La persona de fuerte ira es la que más sufre.

La persona de gran estupidez es como una bestia y no puede comprender el Dharma.

La persona de enorme orgullo no puede asimilar la virtud y tiene muchos enemigos.

La persona con fuerte deseo no puede guardar sus votos y será muy calumniada.

La persona de gran envidia tiene fuertes ambiciones y se deleita con la intriga.

No vayas tras estos cinco venenos: mátalos desde dentro liberándolos en el momento que surjan. La gente ocupada incesantemente con los cinco venenos crea su propia miseria.

Eso va suceder varias veces y varias veces con mayor animo hay que cortarlos".

Padmasambhava, Gurú Rimpoché, "nacido del loto", introdujo definitivamente el budismo en el Tíbet, siglo VIII.   K Dondrup T.

LOS 37 ASPECTOS DEL CAMINO A LA ILUMINACION

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