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domingo, 17 de noviembre de 2024

SAMSARA - UN CICLO DE RENACIMIENTOS.

SAMSARA  -  UN CICLO DE RENACIMIENTOS.

Samsara.
Este término se refiere al ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento, con todo lo que este comprende, incluidas las alegrías y descontentos que nos presenta en cada etapa.

Una característica del samsara, es la naturaleza de los fenómenos cuyos vínculos (impermanencia, insustanciabilidad y sufrimiento) (1) que no captamos mentalmente en su real magnitud, son razón suficiente por sí mismos para que nos generen angustia. Otro rasgo que también nos condiciona la existencia en el samsara, es todo lo se nos inculca y aprendemos en nuestra vida abarcados los dictámenes de nuestra sociedad (considérese dogmas, prejuicios, conocimiento, experiencias etc.), bases suficientes para que nuestros pensamientos y sentimientos oscilen entre felicidad e insatisfacción. 

Lo más dominante es que el samsara nos hace suponer a cada momento del día que 
“en ella se encuentra la felicidad y que ésta se concreta complaciendo nuestros deseos”, y nosotros, como estimamos que es verdad, generamos apego con la vida terrenal y nos afanamos en ese objetivo. Pero dicha afirmación no es correcta (ya sabemos que la felicidad no es algo externo)(2) y por lo tanto, se generan preocupaciones que son producto nada más que de nuestro aferramiento o apego al yo. Todo esto nos ofrece un círculo vicioso, donde por la situación expuesta nos mantenemos padeciendo sufrimientos y mientras seamos personas que no logremos desprendernos de las causas del mismo, como el “aferramiento propio”, seguiremos bajo el ciclo de renacimientos (se recomienda leer : Primera Noble Verdad). 

Reinos del samsara.

En el samsara, existen seis reinos donde se puede renacer: son tres reinos de existencia inferiores y tres superiores. Los inferiores como se podrá deducir, no son los preferidos para vivir. Ellos son el reino animal, el de los espíritus ávidos o hambrientos y el de los infiernos, donde este último es el peor para subsistir dado a que priman sentimientos de ansiedad y agresividad además del calor o frío extremo que se hace sentir.
En el de espíritus ávidos nada de comer o beber les satisface, siempre necesitan más, tienen hambre o sed,  dado que el sistema digestivo no procesa los alimentos ni los bebestibles razón por la que siempre tienen hambre y sed. En el reino de los animales, los seres están con instintos primarios pensando en comer, dormir y reproducirse, y de que no sean comidos por los otros animales. Nada de favorables y deseables estos reinos menores.

Los reinos superiores son el humano, el de los semidioses y el de los dioses. En el de los humanos los seres van tras sus deseos creyendo que así serán felices. En el de semidioses los seres se pelean entre ellos ya que viven de sospechas y celos. Tienen celos de los dioses y sufren porque desean el poder. Los dioses por otro lado viven contentos y con bienestar en un reino de belleza. Dado que tienen apego a los placeres, “agotan los méritos acumulados” que les permiten el bienestar, por lo que en algún momento de seguro deben reiniciar el ciclo del samsara. 

Entonces, estos seis reinos del samsara, son y representan los ciclos de nacimiento y renacimiento en los que viven todos los seres vivos (o también, los seres sintientes: humanos, animales, insectos, etc.), y donde cada reino está caracterizado por una emoción principal que mantiene a los seres conectados en él. 

En orden descendente esos reinos son:

1. El Reino de los Dioses: emoción predominante es el Orgullo. Orgullo. 
2. El Reino de los Semi-Dioses: emoción predominante son los Celos. 
3. El Reino de los Humanos: emoción predominante es el Deseo. 
4. El Reino de los Animales: emoción predominante es la Ignorancia. 
5. El Reino de los Fantasmas Hambrientos: emoción predominante es la Avaricia. 
6. El Reino del Infierno: emoción predominante es la Ira.

Hay tres planos de existencia en la cosmología budista como una perspectiva:
Triloka : tres mundos, hace referencia a tres planos de existencia de la cosmología hinduista y budista. Estos mundos también son conocidos como reinos (dhātu) o “esferas”. Recordar que de  acuerdo con el karma uno pasa de uno a otro de los seis reinos y que para liberarse de este ciclo de renacimientos se debe alcanzar el Nirvana.  

el reino del deseo,
el reino de la forma,
el reino de lo sin forma.

Los seres humanos viven en el reino del deseo, y de acuerdo al budismo, estos junto con otros habitantes de los seis reinos del samsara renacen aquí porque todavía son objeto de deseo. En el reino de la forma no hay deseo, pero sigue estando la corporeidad y en el reino de lo sin forma no hay ni el deseo ni la corporeidad.

1.- Mundo o Reino del Deseo: uno de los tres reinos de existencia cíclica mencionados en las escrituras budistas. mundo caracterizado por el apego a los objetos de los 5 sentidos, (forma, sonido, olor, tacto y gusto) donde viven los seres del reino del deseo (6), es decir, del infierno, los pretas (espíritus hambrientos), los animales, los seres humanos, los semidioses y ciertos dioses. 

2.- Mundo o Reino de la Forma: situado entre el mundo del Deseo y de Lo Sin Forma. Residen los dioses de cuerpo de luz, libres o renunciados del deseo, pero aun con apego a la forma interna, su cuerpo y mente.

3.- Mundo Reino de lo Sin Forma: situado encima del mundo de la Forma. Residen dioses que solo poseen un cuerpo mental. Han renunciado incluso a la forma y existen solo como energía de conciencia. Han abandonado temporalmente el apego a los placeres de la forma, pero aun esta esclavizado por el deseo y apego bastante sutiles a los estados mentales y ego.

Un ser puede renacer en cualquiera de los reinos antes mencionados debido a hechos de su vida pasada, según la ley del karma. Así, pudo haber pasado por cada uno de ellos debido a los múltiples renacimientos que se tiene. Se dice que la vida humana es particularmente preciosa por la capacidad que tenemos como humanos de entrar en contacto con las enseñanzas de Buda, de entender y practicar la filosofía budista y por ende, poder liberarnos del samsara via la iluminación. Solo los humanos tienen esta facilidad del despertar.

Las acciones que uno realiza durante la vida tienen directa relación con el reino que a uno le tocará vivir, dado que generar karma positivo o negativo induce a renacer en algún lugar específico del samsara. Si durante la vida se produce karma negativo, se está colaborando a renacer en los reinos inferiores, por el contrario, el buen karma que está relacionado con las acciones positivas que uno realiza, más las acciones de purificación de karma negativo, colaboran a renacer en los reinos superiores.

Finalmente, es conveniente resaltar que solamente en el reino de los seres humanos se tiene la posibilidad de eliminar el sufrimiento, superarse espiritualmente y, por tanto, escapar del ciclo del samsara. Vía  la Iluminación o el despertar se consigue la liberación del sufrimiento y sus causas. 

Nota: (1) ver: la Existencia y sus vínculos (Primera Noble Verdad).
          (2) ver: las Cuatro Nobles Verdades.


Sólo desde el reino de los humanos es posible salvarse del samsara, 
ya que solo en él es viable la Iluminación.


Perturbadores o venenos de la mente.

Los distractores mentales principales conocidos como los “venenos mentales” son el deseo (apego), el odio y la ignorancia. Son altamente negativos para nuestro accionar pues influyen directamente en nuestro diario sufrir. El deseo es el factor mental perturbador que observa un fenómeno (incluye todas las cosas) y lo supone como causa de felicidad y por tanto lo desea. El odio nace producto de exagerar las malas características estimadas del fenómeno que se manifieste, llegándo a verlo como un enemigo e incitandonos a actuar negativamente. La ignorancia, básicamente tiene relación con el desconocer la realidad última de los fenómenos, el “desconocimiento del mundo tal y como realmente es”.

Hay otra definición de ignorancia que es de "Dharmakirti y Chandrakirti que dice sin contradecir lo anterior, que la ignorancia tiene que ver con aferramiento propio”. (Apego al yo).

Desde estas perturbadores nacen también todos los demás perturbadores como son el orgullo, los celos, la vanidad, etc. los que son factores frecuentes de sufrimiento y que además nos impiden alcanzar la Iluminación, siendo por tanto, perjudiciales para nosotros ya que alteran nuestra paz mental produciendo un vivir inquieto, y motivo suficiente para que nos mantengamos en el samsara. Esto es porque dificultan que conservemos la paciencia (virtud que permite debilitar el odio) y otras virtudes, que podamos mantener los principios éticos y los preceptos aceptados, que podamos generar karma positivo y también purificar el negativo, y finalmente, perjudicándonos ya que no tendremos la posibilidad de lograr una percepción directa de los fenómenos, de su propia esencia, para poder percibir la “realidad última” de los mismos (1). Ellos están siempre entorpeciendo que mantengamos una paz interior lo que nos podría facilitar al menos una felicidad más continua, pero no, interrumpen a cada rato negativamente. 

Todos los perturbadores mentales son factibles de mejorar mediante la práctica de la “meditación en los mismos” . Al mejorarlos, logramos estados más apacibles y claridad mental, llegando por ello a ser más sabios, lo que nos permite alejarnos del sufrimiento para llegar finalmente a liberarnos del samsara, pues algun día nos iluminaremos. 

Los agentes perturbadores impiden conservar la paz mental, generar karma positivo,
  y lograr la percepción real de todos los fenómenos, es decir verlos tal cual ellos son.
Recuerde que sólo somos capaces de apreciar los fenómenos en su dimención convencional y no en su realidad última o verdadera realidad.

Nuestro estado actual de la mente es como un mono inquieto, salta de un lado a otro, de una cosa pasa rapidamente a otra. No nos deja en paz. Puede estar alegre y pasa a la ira y luego a otra emoción o pensar sin parar incanzablemente. Debemos calmarla para  levantar nuestra sabiduria interior, pues este tipo de oscurecimiento, no permite una mente en su total claridad para llevarnos al despertar.
Al alcanzar la iluminacion podremos ver los fenómenos tal cual son realmente.

(1) Ver entrada de las dos Realidades o verdades.

 K Dondrup T.

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