LOS VENENOS DE LA MENTE Y SUS ANTIDOTOS.
Los venenos a los que nos referimos son el deseo, la ira y la ignorancia; el desconocimiento que tenemos de la realidad de los fenómenos (cosas, personas, etc.). Estos son los que nos hacen sufrir durante la vida, desde diferentes perspectivas. El tema del sufrimiento se desarrolla en "Las Cuatro Nobles Verdades", así que continúa leyendo esa entrada también.
Los tres venenos espirituales se encuentran en el centro de la Rueda de la Vida. El primero de esos tres venenos es el deseo, el apego (sed de posesión) y está representado por un gallo. El odio está representado por una serpiente. El cerdo simboliza la ignorancia de nuestra naturaleza original, pero también de las condiciones de nuestra existencia.
El cerdo muerde la cola de la serpiente que a su vez muerde la cola del gallo, quien muerde la cola del cerdo, para tejer la red de nuestras ilusiones, están ahí, los tres, inseparables, en el origen de las acciones generadas. durante esta vida
Solemos hablar de los tres venenos del sufrimiento y se amplía a cinco en el Mahayana, siendo estos cinco los más presentes y devastadores; A los tres anteriores se suman los celos y el orgullo (ego o vanidad).
La idea de los antídotos pretende producir algo que impida que nos involucremos en emociones y pensamientos destructivos. Los antídotos se aplican en los niveles denso y sutil de la conciencia. Es posible aplicar antídotos ya que no es posible que la conciencia contenga dos emociones simultáneamente, ni una emoción negativa y una positiva al mismo tiempo, una excluye a la otra, y por tanto es posible actuar sobre ellas. Por este motivo, existen antídotos para cada emoción negativa.
¿Por qué molestarse en manejar estos venenos mentales?
Sabemos que nos impiden vivir en paz y alcanzar una felicidad más estable. El ser humano está más cerca que cualquier otro ser de alcanzar la tranquilidad en su vida y, más aún, es el único que sostiene la Budeidad. Esto le permite triunfar sobre los venenos basándose en su propio esfuerzo.
Podemos lograr generar con mayor regularidad acciones positivas que nos beneficien, podemos ser menos egoístas y mantener una mayor paz interior y además, podemos superar los venenos con antídotos para lograr una mente menos perturbada, incluso no perturbada.
Recordemos brevemente:
Acciones negativas y positivas: las acciones negativas son sólo factores de daño para uno mismo y para los demás (pensemos en el efecto de la ira por ejemplo), producen las causas y condiciones del sufrimiento (piensa y analiza un deseo que no se pudo concretar, por ejemplo) y También generan karma negativo. Las acciones positivas, por el contrario, benefician a uno y a los demás, producen estados de felicidad y generan karma positivo.
Los venenos: el deseo, el odio y la ignorancia son los venenos que destruyen la paz mental; esto es fundamental para tener buenos sentimientos y realizar acciones positivas en favor de los demás y en definitiva de uno mismo. Mientras sigamos produciendo estos venenos, es decir, reaccionando con apego a lo que nos gusta, con aversión a lo que no nos gusta y con indiferencia hacia todo lo que no nos importa, no dejaremos de tener la mente perturbada y las emociones aflictivas. Oh, no te olvides de los celos y la vanidad.
No podemos olvidar: así como los venenos son los que nos causan sufrimiento en la vida diaria, también influye nuestra ignorancia del yo (ego), la impermanencia y la interdependencia. Sin saber que los venenos son la base de nuestro sufrimiento, es bueno tener conocimiento de los tres temas que se agregan en interés general de sus efectos.
Él yo:
Valoramos nuestro yo como máximo, centralizamos nuestras motivaciones, pensamientos, emociones y acciones poniendo a uno mismo en primer lugar. El yo, como explicamos en la entrada del yo, es al menos negativo por su "egoísmo" (ego) y además es sólo un convencionalismo, una etiqueta, no existe: si lo buscas, lo encontrarás. no lo encuentro. Por favor vea la entrada de El YO.
Impermanencia:
en cambio como vemos que todo es permanente sufrimos, porque todo termina, todo cambia, todo muere, todo lo que nace muere y esto nos provoca sufrimiento. La naturaleza de toda la materia es Impermanente (tema visto en la Primera Noble Verdad).
Interdependencia:
Necesitamos tener claro este concepto, creemos que tenemos una existencia inherente, la vida per se, pero no es así, dependemos de muchas, muchas cosas. Por ejemplo, no podríamos vivir sin sol, agua, aire, alimentos o medicinas. Una planta necesita al menos sol, agua, aire y tierra para vivir. Si alguno de ellos no aparece, la planta muere. Este tema de interdependencia se amplía en la entrada: Dos Realidades o Verdades.
Los malos sentimientos nacen de percepciones erróneas de cómo es la realidad que percibimos. Vivimos en una realidad de convencionalismos donde él, tú, Juan, uno mismo etc. son necesarios por supuesto, pero para una realidad convencional, donde también creemos erróneamente que tenemos vida per se, como vemos a las plantas o animales con existencia inherente. . Hay una realidad que no percibimos donde es real la interrelación de las cosas y los fenómenos, así como la paz y la felicidad duraderas. Esta realidad será posible apreciarla con nuestro despertar.
Reducir el sufrimiento.
Los antídotos.
Buda nos enseña a meditar sobre los antídotos contra los venenos de la mente para poder superarlos y crear una experiencia más armoniosa, con mayor tranquilidad. Deberías considerar conocer muy bien “las diez virtudes” porque son causa directa del sufrimiento y del karma negativo. al contrario, existen diez virtudes positivas que facilitan el camino de la vida.
1.-Contra el deseo (deseo - apego), el antídoto es la impermanencia.
Todo lo que nace, muere, y esto es una certeza. Nuestra vida, por ejemplo, empezamos a morir desde el momento en que nacemos. La mente siempre nos da concepciones erróneas de la realidad, ya que debido al deseo toma el camino de satisfacer nuestros propios deseos. Cuando vemos algo que nos gusta, lo observamos y nos gusta más. Lo vemos como causa de felicidad y es aquí donde se manifiesta el engaño, ya que que la entidad nos cautive o no depende de nuestra propia mente y no de ella como tal, porque realmente el “objeto” no contiene en sí mismo estas características. , siendo nuestra mente la que nos engaña. El objeto no tiene ese poder, la felicidad es algo interno a uno, propio de uno mismo y no externo. Mantener la mente libre de apegos evita que surjan emociones perturbadoras, como los celos, la vanidad, etc. Meditar sobre la impermanencia es el antídoto contra el deseo. Es positivo colaborar a reducir las ganas de dar, de ser generosos.
2.-Contra la ira (odio), el antídoto es la paciencia.
El odio identifica el fenómeno (o la persona) como si fuera desagradable y con ello despertamos nuestra ira; así que sólo logramos verlo como un enemigo. El odio implica el deseo de dañar o destruir cualquier cosa que se interponga en el camino para obtener lo deseado. El odio nos impide ver al resto con amor o compasión. Tengamos mucho cuidado, porque siempre nos lleva a actuar mal. Meditar sobre la paciencia reduce la ira. Conviene practicar el desarrollo del amor, la intención amorosa y la buena voluntad, así como saber perdonar en apoyo a la meditación.
3.- Contra la ignorancia, el antídoto es la sabiduría interior.
La sabiduría es como una luz que brilla en la oscuridad, como el ejemplo de un joven que al entrar a un sótano vio una serpiente en el suelo y con miedo, al encender la luz, descubrió que solo era una serpiente torcida. palo. Debemos desarrollar nuestra sabiduría, sin dar un paso atrás, de lo contrario nuestra ignorancia persistirá. La compasión sin sabiduría podría ser algo negativo porque sin sabiduría sólo podría ser lástima. Practicar las "seis paramitas" son los antídotos para contrarrestar la ignorancia. Las paramitas son: la generosidad, ética, paciencia, perseverancia, el equilibrio meditativo - meditación y la sabiduria; para conocerlas más a fondo favor ver entrada: el Bodhisattva.
4.- Contra el orgullo (vanidad), el antídoto es el autoconocimiento.
Cuando nos identificamos con el ego o la vanidad siempre experimentaremos atracción por algo que refuerza nuestro sentido de identidad y que es pura vanidad. Al ego le falta humildad y muchas veces uno cae en la práctica de la soberbia (de ahí el egoísmo) y la opinión que uno tiene de sí mismo en ese momento será distorsionada. Ser más humilde atrae sólo beneficios, meditar en el orgullo es la solución.
5.- Contra los celos, el antídoto es la unidad.
Los celos son un factor de destrucción del amor. Los celos son parte de una agresión y la persona que los enciende no lo nota, y el afectado es muy posible se sienta muy agredido. Hay que dominar los celos, de lo contrario, generaremos sólo vivencias de sufrimiento. Se puede tener celos al pensar que mi pareja mira mucho otra persona, o porque otro es mas inteligente, o porque otro gana más o tiene mejor auto, etc. Buda decía: hay que ser feliz con lo que se tiene; hay que tener claro cuanto debo alcanzar. El amor, la compasión y meditar en la emoción afectada es el remedio.
Estas emociones y sentimientos aflictivos nos influyen en que no podamos alcanzar el despertar. Todas ellas se producen en la mente, por tanto, la meditación es la herramienta más eficaz como antídoto. P. ej. meditar en la impermanencia.
Para anular los malos sentimientos actúe en función de los demás, de sus necesidades y sufrimientos. Ello es parte de la ética budista.
Cuando medites y aparezca una emoción negativa en la mente, examínala directamente sin alterarte, la emoción se calmara.
HAY UN BUDA PARA SALVAR CADA EMOCIÓN NEGATIVA REPRESENTATIVA
DE LOS CINCO VENENOS.
Los cinco Budas de la sabiduría son emanaciones y representaciones de las cinco cualidades del Adi-Buda, el buda primordial Vajradhara o Dorje Chan que se asocia con el Dharmakaya en el budismo vajrayana. Se les llama Dhyani Budas. Dhyana, en sánscrito, significa meditación. Ellos encarnan el principio de la iluminación budista. Personifican también los 5 skandhas.
Akshobhya el de la sabiduría como espejo, purifica la ira.
Amithaba el de la sabiduría discriminativa o que discierne, purifica el deseo.
Ratnasambhava el de la sabiduría de la igualdad, purifica el orgullo, el ego.
Amughasiddhi el de la sabiduría que todo lo logra, purifica los celos, la envidia.
Vairochana el de la sabiduría del dharmahatu o del espacio absoluto, purifica la ignorancia.
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Padmasambhava le indicó a Yeshe Tsogyal en "Enseñanzas a la Dakini" cuál debe ser la actitud correcta en relación a los peligrosos venenos para el mente: cortarlos de raíz, es decir, impedir que crezcan decidiendo, no siguiéndolos cuando aparezcan en nosotros (dejar que pasen).
"El maestro Padmasambhava dijo: si practicas el Dharma, debes cortar los cinco venenos de raíz.
La dama Tsogyal preguntó: ¿Qué significa eso?
El maestro contestó:
La persona de fuerte ira es la que más sufre.
La persona de gran estupidez es como una bestia y no puede comprender el Dharma.
La persona de enorme orgullo no puede asimilar la virtud y tiene muchos enemigos.
La persona con fuerte deseo no puede guardar sus votos y será muy calumniada.
La persona de gran envidia tiene fuertes ambiciones y se deleita con la intriga.
No vayas tras estos cinco venenos: mátalos desde dentro liberándolos en el momento que surjan. La gente ocupada incesantemente con los cinco venenos crea su propia miseria.
Eso va suceder varias veces y varias veces con mayor animo hay que cortarlos".
Padmasambhava, Gurú Rimpoché, "nacido del loto", introdujo definitivamente el budismo en el Tíbet, siglo VIII. K Dondrup T.
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