LAS CUATRO NOBLES VERDADES - PARTE 1 DE 2.
A través de “Las Cuatro Nobles Verdades”, la realidad sobre la naturaleza de la vida, Buda nos explica nuestra composición y el porqué la vida es un periodo de sufrimiento, y cómo llegar a extinguirlo de forma definitiva.
“Las Cuatro Nobles Verdades” son:
1. La vida es sufrimiento.
2. La causa u origen del sufrimiento es el deseo.
3. El sufrimiento se puede extinguir.
4. Para eliminar el sufrimiento, existe un camino, y este es el “Noble Óctuple Sendero.
1.- La vida es sufrimiento.
Esta Noble Verdad nos enseña que la existencia humana está asociada al sufrimiento, la insatisfacción, desde el momento en que nacemos, durante el tiempo que vivimos y hasta en el que morimos.
No es que se desee tomar un enfoque de desánimo, si no reconocer que la existencia “per se” es insatisfactoria. Por ejemplo, nos generan sufrimiento las decepciones que nos causan nuestros amigos, familiares y personas en general.
También nos indica que la naturaleza de las cosas de las que nos preocupamos y amamos es que son “imperfectas, temporales e insustanciales” y eso es causa más que suficiente para llegar a provocarnos malestar.
La muerte por ejemplo, involucra sufrimiento, no conseguir lo que uno quiere nos produce desazón, cuando se quiebra algún bien preciado nos angustiamos, si un familiar cae gravemente enfermo nos produce inquietud, y también los momentos de felicidad que al ser temporales y llegar a su fin, nos provocan amargura.
La Existencia y sus vínculos.
Esta enseñanza elemental budista es la que nos indica cómo es la “naturaleza de los fenómenos” que advertimos. Buda nos enseña que todo fenómeno en la vida responde a tres características permanentes de la existencia, las que hacen de esta “una existencia condicionada”. Estos vínculos o condicionamientos del fenómeno a la existencia son:
• la Impermanencia
• la Insustancialidad
• la Insatisfactoriedad
“La impermanencia, insustancialidad e insatisfactoriedad” son conocidos por los “Tres Sellos de la Realidad”, características de la realidad samsárica, en la que nos toca vivir, y que son capaces de producirnos insatisfacción.
Tal vez no sea difícil captar el sentido general de lo anteriormente indicado, pero es complejo incorporarlo en nuestro diario vivir. Cuando seamos capaces de internalizarlas, iniciaremos espontáneamente un cambio profundo y virtuoso en la perspectiva de nuestra vida.
Impermanencia (Transitoriedad, temporalidad, brevedad, no permanente).
Indica que en la vida, sea en el mundo “interno o externo” a uno, todo está en permanente estado de cambio. Nada permanece igual, todo cambia, a cada instante todo cambia. La inmovilidad es una ilusión, sea en la vegetación, en los animales, el espacio o en nosotros mismos. Siempre estamos en constante cambio. Nadie es “física, emocional o mentalmente” la misma persona que en un periodo anterior.
Al no aceptar la impermanencia como “realidad en la vida”, es lógico que experimentemos momentos de ansiedad, y por el contrario, al aceptarlo como realidad de vida, es evidente que reducimos las insatisfacciones.
Los maestros recurren a un ejemplo basado en un árbol para una mejor comprensión del discípulo. Nos dice que el árbol cada día cambia, tal cual los amigos, y si ayer nos deslumbró, hoy creemos que no lo hace porque nos acostumbramos y no notamos su cambio. El viento, el sol, el agua, la tierra lo cambia. Si nos preocupamos, dispuestos de corazón, apreciaremos que cada nuevo día ese árbol nos podrá deslumbrar nuevamente.
Uno afirma que sabe que todo cambia, pero no actúa desde ese conocimiento. Si realmente lo considerara y estuviera éste residiendo en la mente de uno, las respuestas y acciones estarían distantes del apego, de la pasión, del ego y por lo tanto serían más simples, espontáneas y lúcidas, generando contento en uno y los demás.
No basta con desearlo, como tampoco basta decir que de aquí en adelante seré compasivo, para que se sustente en nuestra mente, la solución la aporta la meditación y específicamente meditar en la impermanencia, ya que a través de esa práctica podemos adiestrar nuestra mente.
Nuestra mente es impermanente. El pensamiento se presenta, está con nosotros brevemente y luego se va. Al igual las ideas.
Si todo cambia no puede haber algo permanente.
Si no hubiera cambio seriamos los mismos de antes, ¡Qué espantoso!
Insustancialidad (Carencia de un yo, carencia de una existencia intrínseca).
La insustancialidad, es otro cimiento importante de las enseñanzas budistas. Como dicen los maestros, este es un tema trabajoso de captar y, por supuesto, de explicar correctamente.
Buda enseñó que nuestra idea sobre la existencia de un "yo" es en realidad falsa. Surge porque tenemos la imagen que nosotros mismos somos una “individualidad intrínseca”, que tiene vida “per se”, que existe por sí mismo. ¡Cuán lejos de la realidad! ¡necesitamos aire, agua y sol al menos para vivir!
El “yo”, “mi”, “Luis” en el budismo son meras “convenciones”, ideas relativas o simplemente etiquetas, necesarias para relacionarnos en la vida diaria. No existe un “Yo”, como nosotros lo concebimos, con vida propia, inherente, vida independiente. No hay existencia real de un algo denominado yo, como una entidad particular. La no comprensión de este concepto nos aleja de la verdadera realidad y, nos hace actuar erradamente. El yo es una mera etiqueta, un formulismo para identificarnos en esta realidad convencional, que es a la que estamos preparados y condicionados para poder captar.
(recomiendo leer la entrada: Aferramiento propio, y las del yo).
Insatisfactoriedad (Sufrimiento, Insatisfacción, imperfección, angustia).
La eliminación del sufrimiento es un objetivo del camino budista. Buda nos enseña que esta es una vida de sufrimiento e insatisfacción y nos indica que existe la principal causa (Segunda Noble Verdad). Nos estimula a que suprimamos el sufrimiento y accedamos a una felicidad permanente, mediante la “práctica budista” que incluye la meditación. Cuando se comienzan a aplicar las enseñanzas de la Cuarta noble Verdad (“Noble Óctuple Sendero”), uno se da cuenta en pequeños cambios personales, que es posible lograr este objetivo.
Resumen: las tres características de la existencia son:
cambio permanente, carencia de existencia intrínseca (no vida per se) y sufrimiento.
Tenga presente:
El que sufre no puede amar. El que ama dificulta el sufrir.
Amar es desear que las demás personas sean felices.
Por miles de años hemos reiterado en una forma de pensar contradictoria que genera sufrimientos.
Las enseñanzas de Buda se basan en la compasión, el sentimiento de que los demás se libren del sufrimiento.
Es un desacierto buscar la felicidad en cosas que por sí mismas no tienen la facultad de otorgarla. ¡La buscamos en cosas externas a nosotros mismos, solo por ignorancia!
.
Buda nos enseña que existe una felicidad duradera, y que depende de nuestra propia mente lograrlo.
Los Tipos de Sufrimiento.
Los tipos de sufrimiento son tres:
1.- Sufrimiento del Sufrimiento.
Es el sufrimiento ordinario, real, evidente. Genera dolor físico o mental. Presenta sensaciones desagradables, experiencias dolorosas como dolor de muela, dolor de cabeza, sentir frío, perder los estribos.
El nacer, la vejez, las enfermedades están incluidas en este grupo por sus efectos de sufrimiento. Este tipo de sufrimiento también lo padecen los animales y al igual que nosotros, quieren verse libres del mismo.
2.- Sufrimiento del cambio.
Es el que se experimenta ante los cambios o la impermanencia (nada es permanente, todo esta destinado a cambiar, ni siquiera los pensamientos son permanentes). Se experimenta por ejemplo cuando estas feliz y se va, no dura. Las experiencias agradables o felices cambian a desagradables cuando cesan sus causas y condiciones. Nos sentimos bien después de una comida, satisfechos y de repente se padece algún dolor u otra sensación desagradable. Estamos felices y nos roban …
Una persona quiere un auto, al tiempo se lo compra con esfuerzo y esta feliz, al tiempo ya desaparece esa felicidad. Después deseara otro modelo …
No busquemos placer, consuelo o alivio en objetos o situaciones que no podrán satisfacer nuestras expectativas. Todo cambia, y para eso mentalmente no estamos preparados.
La vida está cambiando constantemente, es movimiento, y eso nos afecta.
3.- Sufrimiento que todo lo invade.
Es el más sutil de los tres tipos. Es el sufrimiento de todo lo que es la existencia condicionada; es decir, el sufrimiento por las cosas compuestas o formaciones condicionadas; son cosas que actúan en concierto con otras cosas, y producen un resultado, o cosas que son hechas por una combinación de otras cosas. Incluyen todas las disposiciones mentales (ira, sueño, vanidad, celos, envidia etc), estas se denominan formaciones volitivas, tanto porque se forman como resultado de la volición y porque son causas para el surgimiento de futuras acciones volitivas. Este sufrimiento urge cuando damos ese paso mas allá de la simple aversión a una experiencia física o mental desagradable y nos involucramos en actividades mentales estresantes, como inventar posibilidades, generar juicios o pensamientos y preguntas llenos de ansiedad. Todo lo compuesto causa sufrimiento, los cinco agregados son sus causas condicionadas. Todos nuestros estados mentales y emociones están condicionadas por factores previos, aparecen por alguna situacion previa, así, en un estado de felicidad o paz aparece la insatisfacción debido a nuestra naturaleza condicionada. Somos seres condicionados. Somos junto a todo fenómeno producto de "causa y efecto". Analice: "Padres causa , efectos hijos"; "semilla, arbol, fruto".
También en este grupo se incluye el “karma” que se presenta condicionada. El karma es producto de una situación y condiciones (o causa, efecto y condiciones). Si generas acciones positivas el karma generado será positivo, si al contrario realizas una acción negativa generas karma negativo.
Los Cinco Agregados.
Un aspecto importante de la filosofía budista es el ‘ser’, “persona”, ‘individuo’, o ‘yo’, referido a “una combinación de energías físicas y mentales en constante cambio”, que interactúan entre si. Todo individuo esta constituido por los cinco agregados o skandas.
Buda afirma que estos cinco agregados del apego son en sí sufrimiento; o generan sufrimiento.
1.- El primer agregado es el de la materia (o forma).
"En este concepto se incluyen los cuatro tradicionales elementos, es decir de solidez, fluidez, calor y movilidad, así como sus derivados. En el concepto de los derivados de los cuatro elementos’ se incluyen los cinco órganos sensoriales materiales: las facultades del ojo, oído, nariz, lengua y cuerpo y los objetos correspondientes en el mundo externo: la forma visible, sonido, olor, tacto e incluso pensamientos o ideas, que son objetos de la mente.
Considera todos los aspectos de la materia, sea interna o externa al ser; todos ellos están incluidos en el agregado de la materia.
2.- El segundo agregado es el de las sensaciones (y sentimientos).
En este grupo se incluyen todas las sensaciones agradables y desagradables, o las neutras y que se experimentan a través del contacto de los órganos sensoriales con el mundo externo. Estas son la sensaciones experimentadas a través del contacto del ojo con el “objeto visible”, el oído con los “sonidos”, la nariz con los “olores”, la lengua con el “gusto”, el cuerpo con los “objetos tangibles” y la mente con los objetos mentales, llámese pensamientos e ideas. Es la nformacion pura que se reciben desde los cinco sentidos más la mente. Por tanto, este grupo considera todas las sensaciones físicas y mentales del ser.
3.- El tercer agregado es el de la percepción (y la memoria).
Las percepciones, al igual que las sensaciones, se producen mediante el contacto de tus facultades con el mundo exterior. Es el registro de los estímulos sensoriales que la persona convierte en un objeto reconocible: reconoce, identifica y discierne el objeto apoyándose en su memoria; si es nuevo, lo incorpora a su memoria.
4.- El cuarto agregado es el de las formaciones mentales.
En este grupo se incluyen todas las actividades o formaciones mentales volitivas (voluntarias), tanto buenas como malas, que producen efectos kármicos; como lo son la confianza, la concentración, la sabiduría, la energía, el deseo, la ignorancia, la vanidad, la idea de un yo, etc. Hay muchas actividades mentales que constituyen el conjunto de "formaciones mentales". Los estímulos que genera son producto de la reacción a lo percibido (agradables o no y neutra, segun la apreciación y efecto que tenga sobre el ser emana una actividad mental, como lo sería el deseo) es decir "son los impulsos de la voluntad". Se recomienda ver el gráfico de "formaciones mentales".
5.- El quinto agregado es de conciencia.
Es la reacción o respuesta basada en cada una de las seis facultades (ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y mente). La conciencia visual, por ejemplo, tiene como base el ojo y como objeto una forma visible. De la misma manera ocurre con la conciencia conectada con cada una de las otras facultades. Cada una de ellas entrega informacion, que la mente con sus capacidades, obtiene un resultado final del objeto el que se hace consciente en nosotros. Es en definitiva, la respuesta de la mente del objeto se hace conciente en nosotros. Puede ser deseable, no deseable o neutro.
"El agregado de la conciencia, es la que individualmente conoce la identidad de un objeto, e incluye a todos los fenómenos" Jamgon Miphan Rimpoche.
Los cinco agregados, constituyen en si lo que llamamos un 'ser', 'individuo' ; estos titulos no son más que un nombre o etiqueta que se le da a la combinación de los cinco grupos ("ser"). Todos ellos, los cinco, son impermanentes y constituyen un flujo momentáneo. Recuerda que un fenómeno desaparece y condiciona la aparición del siguiente en una serie interminable de causas y efectos.
No hay sustancialidad ni nada detrás de ellos que pueda considerarse un ser "permanente", ni entidad alguna que pueda llamarse "yo". Todos los maestros budistas están de acuerdo en que ni la materia, ni la sensación, ni la percepción, ni ninguna actividad mental ni la conciencia pueden considerarse realmente un "yo". Pero tenemos la idea de que hay un "yo" cuando estos cinco agregados físicos y mentales, que son interdependientes, trabajan juntos y en combinación como un mecanismo psicofisiológico (Se recomienda leer entrada dedicada al "Yo").
El conjunto de estos cinco agregados, que comúnmente constituye un ser, son en sí mismos sufrimiento. No existe ningún "yo" detrás de estos cinco agregados que experimentan sufrimiento. No hay nada que constituya el "yo", es decir, no hay ningún pensador detrás del pensamiento. "El pensamiento mismo es el pensador. Si se elimina el pensamiento, no hay pensador". El "yo" es un término, una etiqueta, una creación conceptual para la comprensión de nuestra realidad convencional (es un convencionalismo).
Buda: El dolor es evitable, pero el sufrimiento es opcional.
K. Dondrup T.: Al dolor medicamentos, al sufrimiento las enseñanzas de Buda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario