Click a Seguidores

sábado, 12 de octubre de 2024

CAMINO DE ILUMINACIÓN DE SIDHARTA

 CAMINO DE ILUMINACIÓN DE SIDHARTA.

El Asceta.

En esa época y hasta nuestros días, en India es bastante común ver este tipo de personas, los ascetas. El ascetismo es una práctica de perfeccionamiento espiritual que Involucra un estilo de vida basado en el esfuerzo y la disciplina, alejado de las personas, observando hábitos muy austeros y sacrificados, como el vivir en condiciones básicas de alimentación, períodos de silencio y ayunos, castigos auto-impuestos e incluso el celibato. Lo habitual era que contaran con algo para cortarse el pelo, un cuenco para mendigar el alimento diario, y una túnica para vestir. Normalmente habitaban distante de la ciudad, en una ermita, en los bosques o donde se pudiera cobijar alejado de la población. Para el perfeccionamiento espiritual practicaban distintos métodos y disciplinas, obteniendo, por supuesto, resultados muy diversos, donde la meditación era el recurso base.  

Maestros de Sidharta.
La noticia que Sidharta había emprendido el camino espiritual llegó pronto a Kondanna. Éste, que sabía de las aptitudes especiales del involucrado, se acopló al asceta junto a otros cuatro místicos con los que convivía, llamados: Bhaddya, Vappa, Manama y Assaji.

En estos tiempos era normal escoger a un maestro como guía espiritual, participando de sus prácticas y enseñanzas como también del grupo de seguidores. Usualmente lo seleccionaban por la reputación que obtenían respecto de los resultados o logros.
Sidharta y sus nuevos seguidores, llegaron hasta Alara Kalama, uno de los más célebres maestros la parte norte de la India. Su sistema, a través de diferentes estadios de la meditación permitía alcanzar un nivel descrito por algunos autores como la “inexistencia sustancial de las cosas”. Sidharta logró en el tiempo grandes avances en este método, por lo que Alara advirtiendo que podría irse, le manifestó un día que ya no tenía más que enseñarle, y le ofreció que se quedara para ser un maestro en su grupo. Sidharta agradeció la propuesta y se despidió con amabilidad, pues el ansiado objetivo de la Iluminación aún no lo alcanzaba. 

Gautama y sus amigos partieron nuevamente a buscar otro maestro, quien con un nuevo método y sabiduría les permitiera descubrir cómo escapar del sufrimiento que es lo que les preocupaba. 

Al tiempo de caminar se encontraron con el maestro  Udraka Ramaputra (pali: Uddaka Ramaputta), que encabezaba una escuela de más de setecientos seguidores que vivían en los bosques, dedicados a una avanzada forma de concentración mental. La doctrina de este maestro era más elaborada que la de Alara, pues, había dominado un nivel más de la misma. Nuevamente, pasado un tiempo Sjdharta renuncia al culminar las enseñanzas, porque concluye, que aunque su percepción es más profunda, no le es posible alcanzar la liberación y sigue atrapado en “el mundo de los sentidos”.

Sin Maestro
Dada sus experiencias el grupo decidió buscar la meta espiritual sin ayuda de un maestro, opción que varios ascetas de la época tomaban como camino.
Recorriendo llegaron a un bello lugar. Era el mediodía. Se instalaron en un sector arbolado que los cubriría de las inclemencias del tiempo, cerca de un río y un poblado que les permitiría mendigar sus alimentos. Era el lugar perfecto para insistir en su objetivo.
Se dispusieron a practicar la mortificación del cuerpo como disciplina espiritual, ya que las anteriores no le permitieron alcanzar la Iluminación (1). Esta práctica era bastante utilizada en la época por maestros y grupos espirituales. Era tan violenta que consideraba efectuar la meditación sin respirar, lo que les producía fuertes dolores. Además consideraba comer solo algunas cosas muy básicas y trasladarse lo menos posible. Pronto dejaron de mendigar y comenzaron a alimentarse de algunas frutas, raíces y hojas de plantas comestibles. Utilizaron este método por un tiempo en que dado que las respuestas a sus preguntas no llegaban, comenzaron a ser más extremos, llegando a rehusar el agua y la comida. 

Tras semanas su cuerpo desmejoró. Con esa evidente falta de alimentación, Sidharta se desmayó ante tanto esfuerzo. Ya más recuperado con comidas que unas jóvenes solidarias del pueblo le llevaban y convencido de que estas prácticas extremas no aportaban el progreso espiritual que buscaba, dedujo que sería conveniente encontrar una vía intermedia (“Camino medio”), apartada de los bordes de la privación y de los de la vida de lujos. 
Convencido de estos argumentos, se acercó a sus amigos, que estaban practicando con él y les planteó su determinación de cambiar el tipo de disciplina. Por supuesto que se molestaron ante la decisión de Sidharta, de dejar el método convenido, y enfadados resolvieron apartarse de él y seguir en sus propios intentos.

A estas alturas, Sidharta ya era bastante conocido entre los ascetas e individuos de la región, por sus especiales capacidades manifestadas, que incluían haber igualado con cierta facilidad los métodos de sus anteriores maestros.

Iluminación de Sidharta.
Al atardecer del mismo día, luego de haber caminado y estando en el lugar denominado Bodh Gaya, en Uruvela, se acercó hacia un árbol Bodhi (Ficus Religiosa), árbol sagrado en India que eligió para meditar, usando una intensa concentración que había aprendido y practicado.
Se sentó a meditar con el propósito de no levantarse de allí hasta que se iluminara, aunque le costara la vida. Entró en profunda concentración para lograr un estado de conciencia pura.

Durante su meditación, el Mara Devaputra, jefe de los demonios (Mara: demonios, lo maligno, quien obstaculiza el logro de la Iluminación) trató de interrumpir su concentración para evitar el gran acontecimiento. Primero trató de asustarlo y desconcentrarlo mostrando terribles espíritus demoniacos que le disparaban lanzas y flechas, bolas de fuego, incluso le lanzaban piedras y grandes rocas. Nada de lo anterior pudo lograr su objetivo, Sidharta no se desconcentró. Ante ello, Mara insistió provocándole con bellas doncellas que le danzaron a su alrededor, sin siquiera llegar a distraerlo. Sidharta permaneció inalterable a todas las provocaciones y tentaciones recibidas, venciendo así los demonios de este mundo. Este episodio generó que posteriormente le reconocieran por el Buda Victorioso.

Se estima que pasó algunos días en trance, alcanzando finalmente lo que describen algunos autores como “la última mente de un ser sin limitaciones”, “el encuentro con la naturaleza más profunda de uno mismo”, sin embargo, lo más acertado podría ser el conocimiento absoluto y el amor y compasión infinitos, es decir, la Iluminación.
Para su objetivo tuvo que pasar por los distintos niveles de la meditación, consiguiendo una intensa concentración y una claridad mental tal, que se libró de las pasiones más allá de toda sensación, consiguiendo en una paz suprema el logro de la libertad de las causas samsáricas (samsara: ciclo ininterrumpido de nacimientos y muertes), consiguiendo así el conocimiento absoluto. 

En un primer estado de gran concentración, comprende que la condición de enfermedad, vejez y muerte es el nacimiento y que las insatisfacciones personales tienen como condición el apego. Advierte en consecuencia, que los perturbadores mentales nos generan sufrimiento e influyen en la felicidad temporal, y que uno es quien da sentido a un yo conceptual, el que nos condiciona en como apreciar la vida. 
Luego, libre de toda obstrucción mental y con un entendimiento de la  naturaleza de la mente, pudo experimentar la visión de conocer las características de sus incontables vidas y renacimientos en detalle, y apreciar  también las de los demás seres. Advirtió que nacemos y morimos de acuerdo al karma de cada uno. Observó así el sufrimiento, las causas que le generan, la posibilidad de eliminación y también el camino para la liberación del mismo.

Luego, en un día de mayo (occidental), emerge de su meditación convertido en “un ser despierto”, un iluminado, en Buda. 
Sidharta en esos entonces tenía treinta y cinco años de edad, seis más desde que dejó su familia en busca de su ideal.

El camino de la experiencia hacia la liberación la denominó "Camino medio”, indicando con ello un rechazo a los extremos que había experimentado en su búsqueda espiritual, siendo uno de ellos el de los placeres mundanos y el otro el de la mortificación, ambos innecesarios e inconducentes al logro de la meta de Iluminación. 
Enseñó, por tanto, que el logro de la liberación del samsara, se encuentra evitando los extremos que presenta la vida y aplicando las pautas contenidas en el concepto de Camino medio. 
Para el budista esto está muy claro, él sabe que posee cualidades naturales para ello y que al adoptar ese camino se favorece como persona, se beneficia a sí mismo y a los demás con su generosidad y el despliegue natural de las virtudes que desarrolle, llegando en el tiempo, a superar el sufrimiento, eliminar su ignorancia y obtener la sabiduría que da el conocimiento superior.

El período de Sidharta  y su inmediato involucra grandes maestros espirituales y 
filosóficos como Confucio y Lao Tse en China, Zaratustra en Persia, 
Pitágoras y Heráclito en Grecia.

La leyenda dice que también tuvo de maestro a Mahavira, fundador del jainismo, 
el que tampoco le fue convincente.

Notas: (1) También denominado Liberación y Despertar personal.
K Dondrup T.

No hay comentarios.:

LOS 37 ASPECTOS DEL CAMINO A LA ILUMINACION

  kdt