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martes, 7 de enero de 2025

EL CAMINO MEDIO

 

EL CAMINO MEDIO.

Buda enseñó las Cuatro Nobles Verdades y concretamente la cuarta de ellas, con el "Noble Óctuple Camino" se asocian al "Camino Medio". Este camino que se aleja de los extremos es quizás, para algunas personas, demasiado estrecho para los logros potenciales enunciados por el budismo. Nada más lejos de la realidad. Este camino es una experiencia personal no ajena al esfuerzo, que implica una práctica y una ética mucho más exigente de lo que estamos acostumbrados, para superar el sufrimiento y encontrar la felicidad para uno y emanarla para los demás. Nada tan sencillo de conseguir.

Buda entendió que los extremos del placer (situación que vivió), y él de las privaciones y dolores debido al duro ascetismo que practicaba, no eran el camino hacia lo que anhelaba, al contrario, siempre se encontró con el sufrimiento y la insatisfacción. Confirmó que ambos caminos son "infructuosos, inoperantes, insuficientes" y que no otorgan armonía ni felicidad. Entendió que debe haber un equilibrio hacia la vida considerando la regulación de los impulsos y nuestro comportamiento. Es decir, el camino intermedio implica una "visión correcta de la vida" considerando aquellas acciones y actitudes positivas que crean felicidad para uno y alcanzarán a otros seres sintientes. Buda lo experimentó en su propia vida y bien podemos comprobarlo nosotros mismos con nuestra corta experiencia vital, en la que es muy posible que a través de su ejercicio intuyamos o confirmemos el absurdo que conllevan los extremos. 

Predicó que los ocho principios componentes de sabiduría, conducta ética y disciplina mental (Noble Óctuple Camino) son la forma en que uno puede dominar la conducta personal, desarrollar una "conciencia superior" y alejarse del sufrimiento. 

Este "Camino Medio" declarado es una orientación básica en la ética budista. Su práctica también nos permitirá concentrarnos en el momento presente, viviéndolo de forma más consciente al poder liberarnos de las distracciones mentales que se nos presentan, ya que se escaparán de nuestra mente y seguirán su curso natural. Si somos capaces de lograr algo de lo anterior, veremos que se puede evitar el dolor, que se puede alcanzar la felicidad duradera y que este es el camino que nos lleva al despertar. 

Buda dijo que una orilla representa los excesos y la otra las privaciones y que si te quedas atrapado en una de ellas te arruinarás como ser humano. Es así, es fácil admitirlo, pero difícil alejarse. Para ayudarle en esto, existe esta guía del camino conductual budista.

Cuando Buda meditó para alcanzar la Iluminación no se dejó engañar por Mara, y no permitió que los deleites ofrecidos o el sufrimiento sufrido lo distrajeran, ya que sabía que caer en uno de los extremos le impediría alcanzar su noble propósito. Se impuso la oferta dañina que le alejaría del mantenimiento de su ética budista.

En un sentido más amplio, el camino intermedio venera la dignidad y la santidad de la vida; es vivir en armonía y equilibrio, y por supuesto, libre de egocentrismo.

Todas estas ideas están ejemplificadas en la propia vida de Shakyamuni, tal como nos ha sido transmitida. Nacido como príncipe, Shakyamuni disfrutó de todos los placeres y comodidades físicas. Sin embargo, insatisfecho con aspirar sólo a placeres efímeros, partió en busca de una verdad más profunda y duradera. Entró en un período de prácticas ascéticas extremas, privándose de comida y sueño, llevándolo al borde del colapso físico. Sintiendo la inutilidad de este camino, reconsideró y comenzó a meditar con la profunda determinación de comprender la verdad de la existencia humana, que se le había escapado tanto en una vida de ascetismo como en una vida de lujo. Fue entonces cuando Shakyamuni despertó a la verdadera naturaleza de la vida, a su fuente profunda de vitalidad y sabiduría ilimitadas. Luego, para guiar a sus seguidores hacia este mismo Camino Medio, les enseñó el Óctuple Sendero que es una guía para el despertar, compuesto por ocho principios, como conducta correcta, habla correcta, etc., que conforman las tres disciplinas: la ética budista, el control mental y la sabiduría, a través de los cuales los individuos pueden gobernar su comportamiento y desarrollar un verdadero autoconocimiento. Desde entonces, en distintos momentos de la historia del budismo, los eruditos budistas han tratado de aclarar y definir la verdadera naturaleza de la vida.

En definitiva, el “Camino del Medio” nos presenta un desafío muy deseable, que como podemos apreciar, está lejos de la debilidad, la mediocridad y la comodidad. Implica un estilo de vida y desarrollo mental que requieren un esfuerzo importante y constante para alcanzar un verdadero progreso espiritual, cuyo fin es el que logró Siddharta con su despertar. 


El camino de la sabiduría se aparta del camino del ego.

Al practicar el Noble Óctuple Camino se inicia un camino de evolución espiritual, con cambios positivos en el ser que serán permanentes.

Es bueno recordar que no hay nada fijo en esta existencia, cada fenómeno cambia constantemente. No existe una base fija para la realidad.

Las Cuatro Nobles Verdades son el principio fundamental de las enseñanzas budistas. Ellas te guiarán por el camino correcto a obtener los logros espirituales que logró el Buda.

El ser humano está aquí en esta vida para su superación espiritual, quien es el único que tiene la posibilidad de lograrlo. ¿Por qué no atreverse a ser mejor persona si existe un camino de logros comprobados?

Nagarjuna.

Nagarjuna fue el fundador de la escuela Madhyamaka (“Camino Medio”) en los siglos II y III d.C. y fue un notable maestro budista que enfatizó profundamente las enseñanzas originales de Buda sobre el tema. Su texto Mulamadhyamakakarika, es decir, los “Fundamentos del Camino Medio” o Camino Medio, constituye uno de los grandes tesoros del budismo Mahayana, un manual ampliamente traducido, comentado y elogiado.

Al seguidor del Camino Medio se llama Madhyamika. Este camino, además de permitir intenciones budistas como la erradicación del apego, el autoconocimiento, el despertar de la compasión y la comprensión de que las cosas dependen unas de otras, añade un contenido esencial del pensamiento de Nagarjuna, que se relaciona con el "vacío" de los fenómenos, un tema de vital interés en campos religiosos, académicos y otros. 

Lo que el Buda nos enseñó sobre la insustancialidad "todos los dharmas (fenómenos) son insustanciales" (uno de los tres elementos de la existencia junto con el sufrimiento y la impermanencia) en Nagarjuna lo veremos profundizado como "vacuidad". El imaginó todas las cosas vacías, lo cual no equivale a nada, así, cuando se advierte que la sustancia de los fenómenos es su insustancialidad, se hace referencia a la vacuidad.

Nagarjuna: "No hay dharma (fenómeno) que no surja en la dependencia, por lo tanto, no hay dharma que no sea vacío". Es decir, son interdependientes y por tanto vacíos.

“Nagarjuna: Sólo porque los fenómenos son vacíos pueden surgir o desaparecer. Si los fenómenos no fueran vacíos, no habría desarrollo y el mundo sería estático, sin cambios. Pero teniendo en cuenta la impermanencia del mundo, está claro que esto no puede ser cierto. En ninguna parte hay nada que sea permanente. Y por eso, concluye Nagarjuna, no hay nada en ninguna parte que no esté vacío".

Lee la entrada anterior de: Realidades o Verdades y la Vacuidad, para ampliar tus conocimientos sobre los temas relacionados con vacuidad.

K. Dondrup T.  2000

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