DESARROLLO DE LA SANGHA.
La palabra Sangha alude al grupo de discípulos o comunidad espiritual.
Con sus antiguos compañeros que estuvieron en los inicios con él, la sangha ya estaba constituida por cinco monjes, aunque el crecimiento del número de seguidores sería rápido. Esto, gracias a los fundamentos de las enseñanzas que satisfacían las inquietudes espirituales de las personas.
Estando Buda y su grupo en el Parque de los Venados de Benarés, se les acercó un rico y despreocupado joven llamado Yasa, quien vivía en el palacio de su padre sin que nada le faltara. Luego de oír las enseñanzas del Dharma que dio el propio Buda al grupo, Yasa entusiasmado por ver un camino de realización personal acorde a lo soñado, solicitó con fervor convertirse en monje. Buda les enseñaba a sus discipulos diariamente y más de una vez al día si fuere posible.
Este entusiasmo no será tan aislado, se manifestará en diversas oportunidades posteriores, cuando las personas demandan con convicción ante el saber de Buda, la aceptación en la Sangha.
El padre de Yasa, un noble acaudalado, alarmado en casa ya que no lo encontraba por horas, partió a buscarlo bien entrado el atardecer, encontrándose pronto en el camino con Buda a quien conocía de referencias. Le interpeló preguntando por su hijo y éste le indicó que se encontraba cerca y le acompañaría. Caminaron hacia el lugar desde donde Yasa divisó a su padre y se les acercó saludando respetuosamente. Le explicó expresivamente al generoso padre, las enseñanzas recibidas, quien interesado en ahondar en ellas conversó largamente con Buda.
Luego de escuchar tan lúcidos conocimientos decidió convertirse en discípulo. Como ya era tarde, este caritativo hombre invitó a Buda y sus seis monjes a comer a su casa. Después de comer en los espléndidos jardines y bien entrada la noche, Buda platicó a solicitud del dueño de casa a los presentes. Los cincuenta y cuatro asistentes que no conocían las enseñanzas budistas, quedaron tan impresionados que pidieron ser aceptados para practicarlas. La Sangha ya estaba compuesta por sesenta miembros.
Un primer viaje fue desde el parque de los venados hasta Uruvela. Se cuenta que allí encontró treinta hombres acompañados de sus esposas, menos uno, que se hacía acompañar de una cortesana de no muy buenos trigos.
Esta mujer en un momento de descuido de su compañero tomó algunas cosas menores y se marchó rápidamente. Cuando el hombre advirtió el robo avisó a sus compinches que comenzaron de inmediato a buscarla. Cerca del lugar estaba Buda descansando en el prado bajo un árbol; al encontrarlo le explicaron lo ocurrido y preguntaron por la mujer en cuestión.
Buda manifestó: “¿No será mejor descubrirse uno mismo antes que usar el tiempo en esa búsqueda sin sentido?”
Comprendiendo lo señalado, varios se interesaron en el tema y se sentaron a conversar con Buda olvidándose de la mujer. Luego de transcurrido el tiempo tomado por las enseñanzas, también quisieron participar del grupo de budistas.
Así, continuaba el acelerado crecimiento de la Sangha; resultado de una clara explicación de la filosofia budista y de la aceptación espontánea de las personas al apreciar una solución de los problemas que los implicaban. En este mismo lugar, Uruvela, había tres célebres hombres santos que contaban con adeptos. Kassapa de Uruvela tenía un grupo de quinientos partidarios, Kassapa del Río tenía trescientos y Kassapa de Gaya doscientos seguidores. Estos santos hombres que reconocieron y acogieron afectuosamente a Buda cuando se les acercó, le pidieron que les ilustrara de sus enseñanzas de las cuales ya tenían favorables noticias. Al término de la charla quedaron tan impresionados de las reflexiones en pos de la liberación, que se unieron decididamente a la Sangha.
Buda y sus seguidores viajaron y llegaron a Rajagrha (Pali: Rajagaha), capital de Magadha, cuyo rey Bimbisara al saber que Buda estaba en su ciudad fue prontamente a visitarlo con un numeroso séquito, quienes después de solicitar les diera sus enseñanzas y escucharlas, pidieron ser discípulos de Buda, incluido el rey.
Este rey fue muy importante para el desarrollo material de la Sangha, y
un modelo en el proceder ético.
Bimbisara invitó a Buda y su gente al palacio para que se alimentaran y asearan. Luego de comer e intercambiar palabras de buen sentir, le ofreció para toda la Sangha un jardín situado afueras de la ciudad; el Bosque de Bambú (Venuvana), lugar donde podría establecerse la comunidad en las temporadas de lluvia. De hecho, fue aquí donde se refugiaron durante algunas temporadas, dado que el periodo del monzón en esta zona es implacable.
Cerca de Rajagaha estaba el poblado de Upatissa y Kolita. Los hijos de los jefes de estas aldeas que eran muy amigos y que deseaban desarrollarse espiritualmente para dar un mayor sentido a sus vidas, habían partido en búsqueda de satisfacer su anhelo. Un día uno de ellos, Shariputra, (Sariputra) el de mayor inquietud, divisó un asceta mendigando que le llamó la atención por su serenidad y modestia. Se acercó decidido para conocerlo. El hombre era Assaji, uno de los cinco primeros monjes amigo de Buda, quien le expuso en forma afable un resumen general de las enseñanzas, ante la insistente solicitud recibida del joven.
El hijo del rey de Upatissa experimentó una clara visión de la enseñanza, por lo que intrigado preguntó quién era su maestro. Shakyamuni es mi maestro le respondió. Dio las gracias y se fue en busca de su amigo, quien al verlo inmediatamente notó de un cambio en su semblante. Shariputra entusiasmado le dijo: he encontrado al monje apropiado. Juntos y muy decididos fueron a encontrar a Buda con la intención de incorporarse a la Sangha. Shariputra alcanzó la realización del Dharma y destacó por su sabiduría en el grupo budista.
Después de lo de Bimbisara fue común que personas pudientes pusieran terrenos o jardines a disposición de la Sangha. Anathapindaka, un próspero banquero que había escuchado de las enseñanzas y sin poder contenerse sabiendo que Buda pasaba por el lugar, se acercó al grupo y solicitó conocerlo. Cuando se acercaba a Buda, éste le interpeló saludándolo con su nombre Sudatta. Quedó sorprendido y emocionado al ver que le llamaban por su nombre. Tuvo la oportunidad que le instruyera y a los pocos días se había convertido en un nuevo discípulo.
Anathapindaka vivía en Savatthi, lugar al que invitó a Buda un tiempo después de incorporarse al budismo, donándole para la Sangha un sitio que compró y en el que se construyeron varias habitaciones para la Sangha. Este lugar denominado el Bosque de Jeta, llegó a ser el predilecto para los retiros, y el monasterio distinguido por el nombre de Jetavana.
Al poco tiempo después, el padre de Buda enfermó gravemente por lo que decidió ir a visitarlo. Estuvo a su lado en el lecho de muerte aliviándole el dolor y ampliándole temas del Dharma, hasta su muerte. Se cuenta que antes de morir alcanzó la Iluminación.
Pareciera que fue muy rápido el incremento de la Sangha, pero la verdad, ante un maestro iluminado como Buda, seria muy dificil no entender las enseñanzas del budismo e inspirarse a conocer más de las mismas. Es comprensible esta actitud si recordamos las profundas enseñanzas de las Cuatro Nobles Verdades, con su camino de liberación, envuelto en una ética basada en pensar y actuar en función de los seres sensibles, de sus necesidades y sufrimientos.
K Dondrup T 2005
No hay comentarios.:
Publicar un comentario